"Cuando llegué (a la comisaría) pregunté por el pibe, que le había pasado. Me dicen: 'Lo mataron, fue un asesinato'. Cuando el jefe que me toma la declaración me dice: 'Lo mataron', ahí es cuando yo asocié el estruendo. Hasta ese momento, el estruendo era un cohete, un petardo. El médico, el policía y yo no le vimos sangre en el pecho. Lo único que tenía es sangre en la cara".

Ese relato hizo Roberto, el remisero que encontró moribundo a Fernando Pastorizzo, sobre cómo se enteró de la muerte del joven de 20 años. En una entrevista del canal América, dio más detalles de lo que vio en la escena del crimen.

"La moto era una 110 común y corriente", dice sobre el vehículo en el que viajaban Fernando y Nahir. "Estaba apagada. Con la llave puesta, pero apagada", continúa.

Respecto a los disparos que terminaron con la vida de Fernando, el remisero considera que "hubo unos minutos" entre el primero, que fue por la espalda, y el segundo, que fue de frente. "Yo escucho el segundo, nada más", señala.

Después de su declaración, a Roberto le hicieron un dermotest en sus manos, en el tablero y la puerta del auto, y también requisaron su vehículo. "Estuve dos horas y media", señala el hombre, que trabaja como chofer desde hace 20 años.

 

Asegura que no se va a olvidar nunca del cuerpo de Fernando y que de todo esto "queda en mi cabeza la imagen del pobre chico tirado en la calle. Es horrible. No me gustaría estar en el cuerpo del padre. Es espantoso".

Ante la consulta de si juraría que es Nahir la que estaba ahí, responde que "no puedo jurar porque no la vi" y se limita a decir que "vi una persona". Afirma que no puede reconocer a quien tiró los disparos y que no sabe cómo estaba vestido. "Yo no puedo identificar a la persona que estuvo ahí", remarcó.