El "CovidAr IgG", primer test serológico argentino para el COVID-19 alcanzó una producción de 100 mil determinaciones y tuvo un desempeño “excelente”, aseguran sus impulsores.

A partir del análisis de muestras de sangre o de suero, el test permite determinar en plasma sanguíneo la presencia de anticuerpos específicos contra el coronavirus. El desarrollo de científicos del Instituto Leloir (FIL) y del CONICET se distribuye en forma gratuita a hospitales y centros de salud públicos y privados de todo el país.

Es una herramienta con diversas aplicaciones: diagnóstico -complementario al PCR-; monitoreo de pacientes infectados para evaluar la respuesta inmunológica; determinación del estado inmunológico del personal de la salud; cuantificación de anticuerpos en muestras de pacientes convalecientes con fines terapéuticos; y análisis de la evolución de la pandemia a nivel poblacional.

“Ha tenido un éxito rotundo en el sentido de que tiene una gran especificidad y sensibilidad”, señala Andrea Gamarnik, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del CONICET, a la agencia CyTA-Leloir.

Referentes de laboratorios de todo el país aseguraron que su desempeño es "excelente" comparado con kits serológicos importados. Y, para resaltar, está disponible en forma totalmente gratuita para las autoridades de salud nacionales, provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires.

Personal sanitario, pacientes, y barrios

El test serológico ya está disponible en más de 70 hospitales y clínicas del país para el seguimiento de pacientes internados y el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires lo está empleando para el estudio de médicos, enfermeros, ambulancieros y personal administrativo, logístico y de limpieza del área.

Es de vital importancia cuidar al personal de salud, que es el que se arriesga cada día para el control de la pandemia, indica Gamarnik.

Otra aplicación es la “titulación” o determinación de los niveles de anticuerpos que tienen los sueros donados por convalecientes para evaluar su posible aplicación a personas que están cursando la enfermedad.

“El desempeño del test serológico creado en el Instituto Leloir es muy bueno y resulta crucial para poder seleccionar los plasmas que se aplicarán a los pacientes”, afirma Ventura Simonovich, jefe de la sección Farmacológica Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires.

La herramienta también se está empleando en diferentes estudios clínicos en diversos centros médicos. Por ejemplo, Simonovich es uno de los médicos que lidera un ensayo clínico multicéntrico para el tratamiento de neumonía moderada por COVID-19 y desarrolla protocolos para descentralizar esta tarea.

La Fundación Infant, dirigida por Fernando Polack, recibió más de tres mil determinaciones del "CovidAr IgG" para la titulación de plasmas de convalecientes por coronavirus para la realización de un estudio clínico que apunta a determinar la eficacia de la administración temprana de ese tratamiento en adultos mayores afectados con el virus.

Otra novedad es que los investigadores de la FIL y del CONICET validaron un nuevo método de toma de muestra más sencillo, destinado especialmente a la determinación epidemiológica de quien está o estuvo infectado.

“En lugar de la extracción de sangre venosa, se puede hacer una punción digital y colectar la gota en un tubo con conservante para su análisis en el laboratorio. Esto facilita enormemente el proceso”, explica Gamarnik.

Los científicos también están desarrollando una base de datos centralizada para analizar los resultados serológicos que estará a disposición de las autoridades nacionales para ayudar a responder varias preguntas en torno a los anticuerpos.

Ahora apuntamos a sostener la producción en 50.000 determinaciones por semana, puntualiza Gamarnik.

“Con el kit desarrollado y producido aquí logramos abaratar costos, contribuir al control de la circulación del virus en nuestra población y aportar al desarrollo de terapias", afirma Gamarnik.

Y destaca: "Nuestro avance, junto con los conseguidos en estos meses por otros investigadores del CONICET, demuestra que estamos capacitados para resolver problemas de nuestra sociedad”.