�Con el apoyo de los legisladores del oficialismo, del Frente Renovador y del bloque Justicialista, la Cámara de Diputados se encaminaba a votar de manera positiva esta madrugada el proyecto de normalización de la deuda, que contempla tres aspectos clave: la derogación de la ley Cerrojo, la derogación de la ley de Pago Soberano y la autorización para emitir una deuda millonaria para terminar de cerrar el litigio con los fondos buitres.
En una primera sesión del año marcada por fuertes contrapuntos entre legisladores, la Cámara Baja se aprestaba a votar esta iniciativa con el respaldo de más de 150 votos aportados por el interbloque Cambiemos (oficialismo), el Frente Renovador (massismo), el bloque Justicialista, el Frente Cívico de Santiago del Estero, el Bloque Social Cristiano, Compromiso Federal y un sector del Frente Amplio Progresista.
En tanto, el proyecto será rechazado por los legisladores del Frente para la Victoria. Aunque no presenció el debate completo, el diputado del Frente Renovador, Sergio Massa, destacó ayer que a la propuesta original enviada por el Ejecutivo para habilitar la negociación por la deuda se le incorporarán cambios, entre ellos una cláusula que funcionará como un ‘cepo de litigio a los acreedores‘.
Massa realizó estas declaraciones a los periodistas que se encontraban afuera, donde reveló que estuvo reunido con el secretario de Finanzas, Luis Caputo, para definir los cambios a la propuesta enviada por el Ejecutivo. ‘Se incluyó una cláusula que anticipa que aquellos que cobran no puede litigar. Además se resolvió limitar el endeudamiento de la Argentina, aún no se definió si será 12.000 o 12.500 millones de dólares‘, señaló Massa, quien confirmó su apoyo a la propuesta. Otra de las variantes realizadas establece que la aplicación de la ley queda ‘supeditada a la sentencia efectiva, por lo que si no hay fallo firme, la ley no se puede aplicar‘, agregó.
La sesión especial se abrió ayer a las 12.20 con la presencia de 147 diputados, cantidad que ya ponía de manifiesto el respaldo cosechado por el oficialismo para impulsar el proyecto. La primera prueba de fuego se dio unos minutos después, cuando el kirchnerismo quiso que se suspenda la votación y que se convoque a una consulta popular, moción que cosechó 165 votos en contra y 84 a favor.
El debate fue abierto por el diputado del PRO (oficialismo), Luciano Laspina, quien aseguró que para el Gobierno el acuerdo propuesto a los holdouts (fondos buitres) promueve ‘una quita del 38 por ciento‘ de la sentencia y ‘de los intereses acumulados del 56 por ciento‘ por lo que, remarcó, ‘estamos hablando de una negociación tremendamente exitosa‘. Laspina dijo que ‘se trata de un logro inédito‘.
Desde la oposición, el diputado Axel Kicillof (Frente para la Victoria-Partido Justicialista) calificó como ‘un exceso del Ejecutivo‘ el proyecto, porque ‘refrenda un acuerdo que genera inequidad‘ entre los bonistas.
Apuntó que ‘meten miedo por un lado (diciendo) que si no se aprueba la sentencia del juez Thomas Griesa van a suceder cosas terribles, y con la zanahoria probable del endeudamiento barato cuando siempre el endeudamiento trabajo desindustrialización del país‘. El kirchnerista señaló que ‘aprobamos una ley sin sentencia firme y con el peligro que vengan otros bonistas a pedir lo mismo que se le paga a los buitres‘.
El diputado afín al kirchnerismo Carlos Heller acusó al Gobierno de tener ‘un arreglo‘ con los holdouts y negó que el proyecto que promueve el acuerdo sea el cumplimiento de una sentencia. ‘Nos dicen que estos buitres garroneros y usureros nos han impuestos el cumplimiento de una sentencia. Si es así vayan y paguen la sentencia‘, dijo. Indicó que el Gobierno ‘no tiene sentencia porque si fuese el cumplimiento de una sentencia meten un DNU y determinan el pago a los buitres con esos que han llegado a ese acuerdo tan gravoso para nuestro país‘.