Al cumplirse 20 años del atentado contra la embajada de Israel, el Gobierno argentino se lamentó de no poder avanzar en el esclarecimiento del caso, mientras que familiares de las víctimas reclamaron investigar la ‘conexión local‘ y las autoridades israelíes insistieron en denunciar a Irán por el ataque. El vicepresidente Amado Boudou, en ejercicio de la primera magistratura, fue silbado por los asistentes cuando se acercó al micrófono para decir que ‘la violencia no puede resolver ningún conflicto‘, y afirmó que el ataque fue contra ‘los 40 millones de argentinos‘ aunque tuvo en la mira al pueblo judío. Mientras tanto, el encargado de hacer público el ‘mea culpa‘ del Gobierno fue el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio César Alak, quien lamentó que en el caso de la embajada ‘solo podemos hablar de memoria: no de verdad, ni tampoco de Justicia‘. El acto se realizó ayer, a pesar de que hoy a las 14.45, se cumplen 20 años de que una camioneta bomba estalló en la sede de Arroyo 910, casi esquina Suipacha, donde se erigía el edificio de la embajada, y mató a 22 personas Ayer, en un extenso acto realizado en la plaza seca que se construyó donde se levantaba la embajada, familiares y sobrevivientes se reunieron para recordar lo ocurrido y volver a pedir Justicia por la causa que no tiene detenidos y mucho menos procesados.
Mientras tanto el vicecanciller israelí, Danny Ayalon, fue quien encabezó la comitiva que Israel envió a Argentina dijo que los terroristas ‘financiados por Irán‘ no pudieron ‘cumplir su objetivo de quebrar las relaciones entre Argentina e Israel‘. ‘Al contrario:
nuestros lazos resultaron fortalecidos‘.

