El periodista Lucas Carrasco, que a inicios de septiembre fue condenado en primera instancia a la pena de 9 años de prisión por el delito de “abuso sexual agravado por acceso carnal”, fue encontrado muerto dentro de su domicilio en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.

El periodista fue hallado sin vida en un pasillo interno de un domicilio ubicado en la calle Colón al 400, en la ciudad de Paraná. Se encontraba en el suelo y con las llaves en su mano. Además, presentaba una secreción en su boca. Desde las primeras horas de la mañana, peritos médicos forenses de la provincia de Entre Ríos intentaban determinar las causas. La principal hipótesis que se maneja es la de un edema pulmonar, producto de una sobredosis de drogas.

Fuentes cercanas a la investigación precisaron a Infobae que el cuerpo de Carrasco fue encontrado por un vecino, tirado boca arriba frente a la puerta de su departamento y a 10 metros del portón de ingreso al edificio. “Sin signos de haber sufrido una muerte violenta”, detallaron.

Las mismas fuentes precisaron que había restos de comida no digerida alrededor de la boca, que se creía había aspirado líquidos y en está línea se podría haber broncoaspirado por el mismo vómito. Su cuerpo fue trasladado a la morgue de Oro Verde, para que se le realizara la autopsia.

Allegados al periodista dejaron saber además a este medio que Carrasco estaba realizando un tratamiento ambulatorio en una clínica de la zona y que el año pasado había ingresado al menos en una oportunidad al Hospital Ramos Mejía “desorientado y obnubilado”.

Por otro lado trascendió que en el interior de la casa se encontraron pilas de ropa sucia, desorden generalizado, pastillas y colillas de cigarrillos.

El periodista fue encontrado inerte en el suelo en las primeras horas de hoy domingo. Al llegar la policía y el cuerpo de emergencia médico a la puerta del domicilio, se constató que Carrasco ya había muerto.

El fiscal que quedó a cargo de la causa es Gonzalo Badano, de la Unidad de Investigación y Litigación, quien se acercó hasta el lugar.

Carrasco se había situado en el centro de la escena en los primeros días de septiembre cuando fue condenado a la pena de nueve años de prisión, por haber abusado sexualmente de Sofía Otero, de 27 años, por un episodio ocurrido en febrero de 2013.

Durante el mismo juicio, el abogado del periodista, Guillermo Vartorelli, afirmó que su cliente había transcurrido los meses anteriores a la realización del debate en medio de "tentantivas de suicidio, dependencia (del alcohol y las drogas), insomnio y otros factores que atentan contra la salud.

“Vivo en Paraná. Bebo mucho. Fumo mucho. Leo mucho. Me gano la vida como periodista. Tengo pocos amigos y muchos enemigos”, rezaba la descripción de la biografía del propio periodista en la red social de Twitter.

El periodista, integrante de una familia entrerriana de cinco hermanos, se mudó a Buenos Aires de joven, después de participar en medios independientes y de tener un programa político en la TV local. Luego, obtuvo repercusión en la red social Twitter, debido a su fuerte apoyo a los tres gobiernos kirchneristas entre 2003 y 2015. Fue columnista del programa “Duro de Domar”, de la mano del productor Diego Gvirtz, y también se transformó en un habitué del programa diario político 678 en la TV Pública.

Así y todo, el momento en el que el periodista estuvo en boca de todos fue a partir de las denuncias por abuso sexual en su contra. El primer delito por el cual se lo acusó (una violación en el marco de una relación consentida) sucedió en el 2013. Después se sumaron otras denuncias por abuso y acoso que fueron acompañadas por distintas representantes del movimiento de mujeres desde el año 2015. Una de las denunciantes fue la joven estudiante de derecho, Sofía Otero, que en septiembre de este año dio una entrevista con Infobae, en la que relató cómo fue el episodio por el que Carrasco fue luego condenado a nueve años de prisión.

Carrasco todos los meses debía presentarse ante el juzgado, lo que hacía desde su procesamiento. Además tenía una restricción perimetral que incluía no sólo no poder acercarse a una determinada distancia de Otero, sino también realizar cualquier tipo de hostigamiento a través de las redes sociales. En cuanto a la sentencia, esta se conocería recién cuando quedara firme la condena, lo que aún no había ocurrido, razón por la que el ex columnista de 678 se encontraba en libertad.