En el estadio de Defensores de Belgrano y ante la presencia de funcionarios, gobernadores, legisladores y referentes sindicales y partidarios, Alberto Fernández asumió la presidencia del Partido Justicialista (PJ) a nivel nacional con un discurso con fuertes críticas hacia Mauricio Macri pero también con un llamado a la unidad del peronismo y defendiendo la gestión de la pandemia.

El Presidente apuntó con dureza contra la oposición al hacer referencia a la reunión virtual que llevó a cabo Juntos por el Cambio, en la que se lo vio a Mauricio Macri participar desde su cama junto a Juliana Awada. “Estamos vacunando a todos los argentinos y argentinas mientras los otros se levantan de la cama, hacen Zoom, y nos critican y escriben libros”, dijo Alberto Fernández.

En ese sentido, continuó: “Escriben libros donde no son capaces de admitir ni cercanamente el desastre que han cometido. Tanta autocrítica que nos piden a nosotros y no son capaces de darse cuenta del daño que le han causado a la Argentina. Y hablan y escriben... La diferencia (con la oposición) es que nosotros sí sabemos lo que tenemos que hacer. Lo tenemos en las entrañas de nuestro proyecto. El proyecto es un proyecto integrador, un proyecto federal, un proyecto sin desigualdades, un proyecto de producción y trabajo. Es un proyecto que no quiere favorecer la especulación financiera. Nadie nos tiene que enseñar eso, está en las raíces del peronismo, corre por nuestras venas”.

Después de los discursos de la vicepresidenta 1° del partido, la diputada nacional Cristina Álvarez Rodríguez; y el presidente saliente, José Luis Gioja; Alberto Fernández comenzó su presentación haciendo referencia a los orígenes del PJ, pasando por las presidencias de Juan Domingo Perón, el recuerdo de Evita y la interrupción de la democracia durante la última dictadura militar. Al llegar al año 2015 se detuvo para hablar más en detalle de la presidencia de Mauricio Macri.

“Los que ganaron aquella elección eran cultores de la idea de que en la división internacional del trabajo nuestro rol era alimentar al mundo. Empezaron a decir que debíamos ser el supermercado del mundo. Y así, una vez más, el desarrollo industrial quedó postergado. Y así vimos caer pequeñas y medianas empresas”, señaló el Presidente.

“Nosotros íbamos con Cristina (Kirchner), con Sergio (Massa), con Máximo (Kirchner), con Axel (Kicillof), con José Luis (Gioja) y con todos los que estamos aquí para poner de pie al país y que pueda desarrollarse con trabajo genuino para cada habitante en cada rincón de la patria. Para eso llegamos. Para nosotros no es un debate cuál es la prioridad. La prioridad es desarrollarse y distribuir equitativamente. Esa es la prioridad. No heredamos la mejor Argentina, heredamos una Argentina muy dañada. Una Argentina que estaba en terapia intensiva y terminó contagiándose de COVID. Ante tanta desgracia tuvimos un acto inteligente, que fue el de estar unidos, estar juntos”, manifestó.

A lo largo de su discurso, Alberto Fernández resaltó la importancia de la unión del partido: “En esta nueva etapa que empieza hoy en el peronismo queremos abrir nuestras puertas y convocar a todos: a los jóvenes, a los chicos y chicas, a los muchos que les hacen creer que la política es un hecho perverso de algunos vivos que viven de ella. El único mecanismo de transformación social que existe es la democracia, y la democracia necesita de la política”.

Y finalizó con un mensaje para la militancia: “Los convoco a que salgamos a la calle a militar con más fuerza que nunca. Estamos aquí con los brazos abiertos para escucharlos, para representarlos. Nada nos importa más que el futuro del país y el futuro del país es de esos chicos. Hubo jóvenes que en pos de sus ideas dejaron su vida. No es posible que se tergiverse tanto la acción política como para que alguien crea que hacer o militar en la política es algo nocivo en el presente que vivimos. Más política, más debate, más unidad, eso es lo que necesitamos, eso es lo que vamos a hacer. Les pido a todos y a todas que en esa vocación sigamos juntos”.

El Presidente llega a la conducción del partido como resultado de una propuesta de los gobernadores del PJ, que tuvo el respaldo de todos los sectores dentro del peronismo. Ese apoyo quedó reflejado en la lista “Unidad y Federalismo” que encabeza el jefe de Estado y que expone una fina armonía en el armado entre La Cámpora, los sindicatos y el albertismo. Todos los socios de la coalición que mantiene a flote el Gobierno.

Los cinco vicepresidentes que acompañarán al jefe de Estado son el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el mandatario de Tucumán, Juan Manzur; la vicegobernadora de Chaco, Analía Rach Quiroga, y las diputadas nacionales Cristina Álvarez Rodríguez y Lucía Corpacci.

En esas cinco vicepresidencias están representados la liga de gobernadores, el kirchnerismo y el peronismo bonaerense. Cada nombre responde a diferentes sectores de la coalición. Kicillof es el gobernador de la provincia más poblada del país, el ahijado político de Cristina Kirchner y un dirigente que cuenta con el respaldo de La Cámpora, agrupación a la que no pertenece, pero con la que tiene vínculos estrechos.

Álvarez Rodríguez es una dirigente con anclaje en territorio bonaerense y buena relación con los intendentes y la Vicepresidenta. Es una de las mujeres del peronismo con mayor influencia en el partido y en el Congreso. Rach Quiroga, compañera de fórmula de Jorge Capitanich, uno de los gobernadores más cercanos a Fernández, representa al peronismo del interior.

Lucía Corpacci, ex gobernadora de Catamarca, es una dirigente de vínculos estrechos con el kirchnerismo y valorada por el Presidente, mientras que Juan Manzur es un íntimo de Fernández con peso entre sus colegas de la liga de gobernadores. Es, además, un dirigente al que Cristina Kirchner no quiere. Su inclusión en los principales lugares del partido es un mensaje en sí mismo.