Fiestas, asados y hasta un baby shower fueron las actividades clandestinas que generaron decenas de contagios de coronavirus en las provincias argentinas durante el aislamiento obligatorio para controlar la pandemia.

La ciudad bonaerense de Necochea venía de dos meses sin contagios, pero todo cambió en las últimas horas, cuando aparecieron nuevos positivos como consecuencia de un baby shower clandestino que tuvo lugar el sábado pasado y que dejó por lo menos 18 enfermos, según explicaron el intendente, Arturo Rojas, y la secretaria de salud, Ruth Kalle.

Otra veintena de casos en la provincia de Buenos Aires se deben a un hospital de Bahía Blanca donde se reportaron varios contagios por coronavirus entre su personal y otro tanto tuvo inicio en el parque eólico de Mayor Buratovich, en el partido de Villarino, ubicado en el sur bonaerense.

En la provincia de Río Negro, por su parte, a principios de esta semana se conoció que tres efectivos de la subcomisaría 82 de Balsa Las Perlas dieron positivo al test de coronavirus luego de compartir una cena clandestina en medio del aislamiento. Otro de los policías participantes de esa comida, a su vez, generó el contagio de al menos otras siete personas que son contactos estrechos: cuatro familiares, entre los que se encuentran dos niños de 2 y 10 años que están asintomáticos, mientras hay otras 50 personas que tuvieron contacto con alguno de ellos y que están siendo monitoreadas.

En Neuquén, un asado familiar realizado en la localidad de Loncopué terminó en tragedia: el protagonista de la fiesta de cumpleaños murió, como también otro vecino de la localidad de 68 años. Loncopué estuvo blindada durante 10 días.

Por su parte, en Santiago del Estero hubo un caso que trascendió no solo por ser el primero, sino por lo inédito de la situación, que generó que se cierre toda la ciudad de Selva, al sur de la provincia porque un joven de 27 años que había regresado de Córdoba luego de visitar a su novia con coronavirus, recorrió su localidad e incluso participó de un asado con amigos y familia. Tras el paseo y las reuniones, las autoridades confirmaron el contagio del joven y de un amigo. Finalmente, en Corrientes, un efectivo del Servicio Penitenciario provincial, que debía cumplir con el aislamiento porque varios de sus compañeros habían contraído coronavirus, asistió a una fiesta de cumpleaños en un paraje llamado Santo Domingo y contagió a tres integrantes de su familia, entre ellos a una menor de 11 años. Todos ya se recuperaron y recibieron el alta médica.