El papa Francisco designó este viernes a monseñor Jorge Ignacio García Cuerva como nuevo arzobispo de la arquidiócesis de Buenos Aires, en reemplazo de Mario Poli. García Cuerva, de 55 años, es actualmente obispo de Río Gallegos.

Simultáneamente, Su Santidad aceptó la renuncia presentada por Poli, quien cumplió 75 años el 29 de noviembre de 2022, y lo designó administrador apostólico de Buenos Aires, con las facultades de arzobispo arquidiocesano, hasta la toma de posesión canónica de su sucesor.

El nombramiento fue publicado hoy, en forma simultánea en Roma y en Buenos Aires. En Argentina lo hizo el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

Entre los nombres que sonaban para suceder a Poli estaba el del arzobispo de San Juan de Cuyo  y secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), monseñor Jorge Lozano.

El nuevo arzobispo porteño fue ordenado sacerdote el 24 de octubre de 1997 por monseñor Jorge Casaretto. Para su lema episcopal eligió una frase de Tobías: "No apartes tu rostro del pobre". Mientras que su simbología es popular: el símbolo episcopal tiene una cruz con una chapa -techo típico en las villas- y su cruz pectoral de madera tiene un detalle casi imperceptible (para algunos): si uno la mira bien de cerca va encontrar un pequeño pedacito de la chapa de la casilla donde vive y en el escapulario un poco de tierra de la canchita de fútbol de La Cava, el asentamiento ubicado en el corazón del partido de San Isidro.

¿Quién es Jorge García Cuerva?

"El Gallego" -como lo llaman sus amigos- nació en el Sur de la Argentina, en la ciudad de santacrucena de Río Gallegos, el 12 de abril de 1968. Hoy tiene 55 años. Es abogado, una profesión justa para encarar en la archidiócesis de Buenos Aires los desbarajustes legales provocados por los delices económicos de su antecesor y las causas judiciales en marcha por abusos sexuales de los clérigos, que también hereda. En toda sucesión hay pesadas herencias y ésta no es la excepción.

"El Gallego es un nerd", asegura un laico conoce en detalle su formación: es teólogo canonista y posee un posgrado en Historia de la Iglesia. Otros dos valores para enteder dónde está pisando. Su ordenación sacerdotal fue en la diócesis de San Isidro. Los feligreses de La Cava aún recuerdan sus características como pastor: muy activo, muy trabajador.

"Por fin uno que vive de las cosas del cielo y no de arriba", recuerda con ironía una de las mujeres que más participó de sus misas en el norte del Conurbano. Otros repasan en sus memorias y se ven caminado con "El Gallego" hasta la Virgen de San Nicolás, o visitado a los presos de la Unidad Carcelaria Nº 48 de la localidad vecina de San Martín, donde fue capellán. Al igual que el Papa Francisco, García Cuerva tiene un vínculo singular con los privados de la libertad: el nuevo arzobispo porteño tiene como una de sus pasiones pastorales el mundo de los excluidos que fueron encarcelados. En el penal de Devoto quieren conocerlo.

Pero los presos no son los únicos que ocupan parte de su corazón: también tiene un lugar importante para el pueblo villero. Tremendo desafío tendrá para sostener este amor desde la gélida Iglesia porteña que deja Poli. En la ciudad de Buenos Aires se estima que casi medio millón de personas de la Zona Sur vive en villas, a la que se suma en el Norte el Barrio 31 de Retiro. Todos ellos conocerán en el próximo tiempo a este "obispo villero" -como lo rotuló Jorge Bergoblio- en noviembre de 2017, junto a Gustavo Carrara, el actual obispo auxiliar de Buenos Aires y otro hombre de Fe que camina las barriadas, y que también estuvo entre las opciones del Papa para el Arzobispado capitalino. Tanto García Cuerva como Carrara conocen de primera mano la cultura de los pobres y no por la teoría escrita o televisiva.

¿Cuáles son sus vínculos con la política?

Durante su servicio el "obispo villero" ahora arzobispo no esquivó los vínculos con la política y los dirigentes. Es públicamente conocida su relación con el matrimonio fundador del Frente Renovador: Sergio Massa y Malena Galmarini.

En el 2018, cuando la titular de AySA era concejala en Tigre y García Cuerva había sido nombrado obispo, confesó: "Lo conocemos hace muchos años y es admirable su sensibilidad y su cercanía con los más pobres. Es un hombre que caminó y conoce las villas como nadie, que como abogado e historiador tiene una mirada muy pensada y actual sobre la ruptura del tejido social en los barrios más humildes". En ese momento era obispo auxiliar en Lomas de Zamora. Lo fue hasta enero del 2019, cuando el Sumo Pontífice encontró otro destino para él.

En marzo de 2019 Sergio Massa viajó hasta Río Gallegos para participar de la misa, donde luego fue encumbrado obispo de la capital santacruceña. “Jorge entiende lo que es luchar contra la trata de personas porque lo hizo con nosotros en el conurbano bonaerense; sabe lo que es pelear contra las adicciones porque trabajamos juntos para dar pelea; sabe lo que es transformar una villa en un barrio. Van a tener alguien muy presente y comprometido, con muchos valores humanos y gran persona", le dijo a los riogalleguenses. El vínculo con el ministro de Economía es extremadamente cercano, admiten.

También en el Sur fue recibido con las puertas abiertas por la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, y la exmandataria de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, hoy diputada nacional. Con las dos tuvo excelentes acercamientos.

Los gestos humanos que lo describen permiten ahorrarnos las palabras: García Cuerva bautizó en la basílica del Santísimo Sacramento a los hijos mellizos de Florencia de la V. Aunque rehuyen de las cámaras de la TV, el nuevo arzobispo también es conocido en el mundo de la farándula.

¿Cómo es la relación con el Papa Francisco?

Su vínculo con el Papa creció en Santa Marta, la residencia comunitaria del Vaticano. Desde allí recuerdan que vivió por lo menos un mes, en abril de 2022, en una habitación muy cercana a la de Francisco.

Desde Roma cuentan que se juntaban a toda hora, desayunos, almuerzos y cenas. "Me recibió con toda la delicadeza de un padre", explicó a una radio de Santa Cruz en su regreso al pago chico. En el Vaticano García Cuerva tiene la misión de integrar el Dicasterio para los Obispos, donde se confeccionan la lista de los obispos que luego elige el Santo Padre. Es el preseleccionador. Los titulares los pone en la cancha Bergoglio.

Jorge García Cuerva asume con múltiples desafíos por delante. Es el "obispo villero" que llega a la ciudad del tango y no va a dejar de bailar un segundo. Pero sin dudas tiene ahora el desafío más importante de su vida: hacer florecer en la Argentina la primavera de Francisco, que prometió regresar a su madre patria en el 2024.