Los productores agropecuarios autoconvocados, que habían comenzado tibiamente el tractorazo hacia Plaza de Mayo con un puñado de voluntades, hizo ayer una importante demostración de fuerza con una masiva marcha en la que bajó un duro mensaje al Gobierno por la presión impositiva: "Gasten menos, arréglense con lo que tienen o dedíquense a otra cosa", dice la carta difundida por los productores agropecuarios que reclaman por la presión tributaria al sector, la eliminación de las retenciones, la baja en el gasto público y la escasez de gasoil durante la cosecha.

Remarcaron que Argentina es de los pocos y raros países con desdoblamiento cambiario, retenciones y 170 impuestos.

Del campo a la Ciudad. El tractorazo recorrió la tradicional avenida Del Libertador rumbo a Plaza de Mayo. Una estampa histórica.

En un multitudinario acto en Plaza de Mayo, en donde asistieron, según los organizadores, más de 100.000 personas, el campo le pidió al Gobierno que le "saquen las manos de encima". Además, lo desafió a que se anime "a pensar un país con menos impuestos".

"No hemos venido hasta acá para pedir que nos den una mano sino para que nos saquen las dos de encima. Traemos una proclama sencilla: no estamos dispuestos a seguir financiando la soga con la que nos ahorcan", dijo Marcelo Méndez, relator de la proclama, frente a un sin número de productores que llegaron de distintas regiones del país, sumado a gente de la ciudad que también decidió acompañar la marcha.

Y el Gobierno -que más temprano había tildado la marcha como "minoritaria"- se vio sacudido por la adhesión cosechada y sólo atinó a calificarla "como un acto político y le echó la culpa al Pro.

La encargada de hacer pública la reacción del gobierno fue la portavoz, Gabriela Cerrutti. En un extenso hilo de Twitter, criticó al Pro por acompañar la protesta: "Lamentamos que dirigentes de Juntos por el Cambio que se proclaman republicanos hayan encabezado hoy una manifestación cuyo documento final caracteriza al gobierno legítimamente elegido por el pueblo como "vándalos y usurpadores" y a los gobernadores como "indigna alianza de vasallaje feudal".

Los vecinos. Una inesperada caravana de autos y camionetas se plegó al puñado de productores que había iniciado la marcha.

En la protesta se leyó una proclama con los reclamos del sector. Además, un grupo de productores dejaron en Casa Rosada un proyecto de retenciones cero para la actividad. En el interior también hubo manifestaciones en Córdoba, Tucumán, Neuquén, Rosario, bariloche y Avellaneda (Santa Fe), entre otros lugares.

En la Ciudad de Buenos Aires acompañó los reclamos del campo que llevaron sus tractores a la emblemática plaza.

Al puñado de autos y camionetas de los productores que se atrevieron a transitar hasta 1.400 kilómetros, espontáneamente se fueron sumando otros vehículos provenientes de distintos puntos del interior de la provincia de Buenos Aires y de vecinos de la Ciudad. Mientras, la gente salía a saludar en cada esquina y desde los balcones. A medida que avanzaban, la caravana se fue engrosando, incluso con gente que se plegó con motos y bicicletas lo que demoró el arribo a las inmediaciones de la Plaza.

Las banderas argentinas fue el común denominador de la marcha, aunque las consignas se multiplicaron: por la libertad, por la Justicia, por la inseguridad, la inflación, etc., etc.

  • La voz oficial sobre la renta inesperada

Antes de iniciarse la marcha de los productores agropecuarios, desde Israel donde se encuentra de gira junto a un grupo de gobernadores, el ministro de Agricultura, Julían Domínguez, dijo que el diálogo con el sector agropecuario estaba abierto y si hay algo que si "hay un reclamo que tenga que ser atendido, se hará". Al mismo tiempo aseguró que "el impuesto a la renta inesperada no afectará al campo" y que" no habrá otra suba de las retenciones". En ese sentido, subrayó: "he repetido hasta el cansancio que "las retenciones no se van a aumentar", y aseguró que "el productor argentino no captó la renta inesperada, porque vendió su producción a precios preguerra y tiene que abordar la próxima cosecha con un aumento del costo de los fertilizantes del 60%".

  • "Hartos y en una grieta moral"

Ximena, la vecina de arriba de Cristina Kirchner que cuelga banderas con mensajes republicanos en Recoleta, se sumó a la protesta de ayer y colgó una nueva bandera en el edificio. "Estamos hartos de corrupción. La grieta es moral", escribió en Twitter junto a una foto de la nueva bandera.