El Hospital de Pediatría ‘Juan Garrahan‘ fue condenado a pagar más de dos millones de pesos a los padres de una niña que sufrió lesiones neurológicas irreversibles por una falla en el sistema de alarmas.

La Sala H de la Cámara Civil, con las firmas de los jueces José Benito Fajre, Liliana Abreut de Begher y Claudio Kiper, consideraron que los daños que sufrió la menor no se debieron a los errores de médicos o enfermeros sino al sistema de atención del nosocomio.

El 20 de marzo de 2002, la niña ingresó al Garrahan con un cuadro de “botulismo tipo A”, por lo que fue internada en Terapia Intensiva y se le practicó una traqueotomía. La niña quedó internada pero el 20 de junio “sufrió un paro cardiorrespiratorio, por lo que se le realizó reanimación, y se recuperó la frecuencia cardíaca con un ritmo normal luego de habérsele suministrado adrenalina por segunda vez”. Pero la atención fue tardía, y la menor quedó con daños neurológicos irreversibles, que le dificultarán al extremo el resto de su vida, según se advirtió.

El fallo entendió que “la historia clínica llevada deficientemente o incompleta, puede constituir un indicio que, junto a otros, permita tener por demostrado el accionar negligente de los expertos que atendieron al paciente”.

En ese contexto, los jueces determinaron que “la omisión de asentar en la historia clínica datos de gran relevancia acerca de la forma en que se descubrió la complicación de la enferma constituye un indicio del accionar negligente, al menos, del establecimiento asistencial.”

El fallo determinó que “transcurrió un lapso de al menos algunos minutos entre el momento del inicio del paro cardiorrespiratorio y la atención de la paciente y, por el otro, se probó que el saturómetro colocado a la niña no podía ser correctamente visualizado por la enfermera”.

El fallo condenó al Garrahan a pagarle a los padres de la menor 2.285.000 pesos más intereses a contar desde el momento en que se produjo el infortunio, en 2002.

Esta condena coincidió con otra realidad que preocupa. Esto crea incertidumbre respecto del pago de salarios así como sobre la continuidad de obras de infraestructura en este centro pediátrico de excelencia en alta complejidad.