El ex vicepresidente de EEUU y paladín en la defensa del Medio Ambiente, Al Gore pidió ayer en Mendoza a la dirigencia pública y privada de la región ser "celosos defensores del agua escasa, cuidar los glaciares y mantener un estricto control de la minería responsable".

A poco menos de 50 días de una nueva cumbre mundial sobre el calentamiento global -en Copenhague, Dinamarca- que podría cambiar el derrotero de contaminación del medio ambiente, Gore, premio Nobel de la Paz por su defensa del planeta, aseguró en Mendoza que "Barack Obama, dará un giro completo a la actitud remisa del ex presidente Bush y no sólo adherirá al tratado de Kyoto, sino que pasará a liderar la conducta mundial de prevención de la contaminación".

El vicepresidente de Bill Clinton sugirió a las dirigencias públicas y privadas de la región, ser "celosos defensores del agua escasa, de vuestros glaciares y de las reglas de juego que apoyen y favorezcan a las empresas responsables por el medio ambiente". A renglón seguido, dijo que la minería "es una de las actividades que mayor compromiso tiene con el uso masivo de agua" y que es "necesario un estricto control de una minería sustentable y responsable". Ante unas 300 personas reunidas por la Universidad de Congreso, Gore, presidente de la Fundación que lleva su nombre, repitió su demanda de "políticas de Estado para cambiar la matriz energética actual por energías renovables alternativas" (hizo una amplia promoción de las energías eólicas, fotovoltaicas, termosolares y geotérmicas, sobre todo y relativizó la salida nuclear, "cara y de centrales que llevan 12 y 15 años para entrar en generación").

En una sala atestada y celosamente custodiada, Gore expuso ante interesados que pagaron 500 pesos por la platea -100 pesos los estudiantes de esa casa universitaria- e invitados especiales, entre ellos hombres de la política, del empresariado, de la docencia universitaria y del INANIGLA, Instituto Nacional de Nivoglaciología, cuyos científicos han tenido especial relevancia en los estudios debatidos en el Congreso sobre la Ley de Glaciares y los regímenes regionales de agua superficial y subterránea. No asistió el Gobernador Celso Jaque ni sus ministros, pero junto a Al Gore se sentó el científico local, Ricardo Villalba, integrante también del equipo internacional -el IPCC- que junto con Al Gore y otros 300 profesionales de varias partes del mundo, ganaron el Nobel de la Paz por la advertencia de "lo que la humanidad está haciendo con la Tierra, a raíz del calentamiento global apurado por la emisión de 90 toneladas diarias de dióxido de carbono", según explicó. En su disertación -que duró un poco menos de media hora-, Al Gore, reiteró los ejes de sus libros y la película documental por la que fue mundialmente premiado con 2 Oscar ("Una verdad incómoda"). Es decir, el descontrolado crecimiento de poblacional, la contaminación por la emisión de los gases de la combustión de los combustibles fósiles, el uso de la tecnología moderna y el cambio de mentalidad que demanda una nueva conducta ética". Al pararse ante el auditorio, Gore sabía que pesa en su contra provenir de uno de los 2 países mayores emisores de gases contaminantes (China a la cabeza emite el 33 % de los gases de carbono a la atmósfera; EE.UU. el 31 %; Europa y Rusia alrededor del 25 %) y que además se ha opuesto sistemáticamente a firmar los compromisos de los Acuerdos de Kyoto, Japón, que impulsan una responsabilidad de los emisores principales y un aporte para la remediación en los países más pobres. Por eso enfatizó al afirmar que "Barack Obama se dispone a cambiar esa actitud. No sólo está dispuesto a firmar en Copenhague la adhesión, sino que ya ha expresado el compromiso ético de liderar esta última oportunidad mundial de preservar la Tierra". Villalba había advertido la necesidad de acelerar las formas de remediación y cambio de métodos productivos en la región.