Dos días después del cese de pagos, el juez neoyorquino Thomas Griesa y el Gobierno nacional ampliaron ayer sus diferencias en la reunión de urgencia convocada por el juez neoyorquino en la que instó a reanudar las negociaciones entre Argentina y los fondos buitres con Daniel Pollack, desoyendo la petición argentina de relevar al mediador por ‘pérdida de confianza‘.

Además, en un comunicado posterior a la reunión, el Ministerio de Economía acusó a Griesa de ‘favorecer’ a los holdouts y le solicitó a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) que investigue posibles maniobras especulativas, tras la autorización del pago del seguro de default por parte de la ISDA.

El Gobierno cree que el proceso legal podría ser una jugada para que también los fondos cobren seguros contra cesación de pagos que han reconocido tener, tras el fallo de la ISDA.

‘Nada de lo que ha pasado esta semana anula la necesidad de trabajar a un acuerdo‘, dijo Griesa en la vista convocada ayer en un tribunal de Nueva York, tras la cual emitió una orden que desbloqueó los pagos de bonos emitidos en dólares y depositados en Euroclear y Clearstream -ver recuadro-.

Dados los cruces de conceptos para definir la situación de Argentina entre Standard & Poor’s, que habló de cese de pagos selectivo, y el ministro de Economía, Áxel Kicillof, que habló de ‘una pavada atómica‘, el juez aseguró no querer caer ‘en debates lingüísticos‘.

Griesa se limitó a decir: ‘esta semana la República Argentina no pagó los intereses de los bonistas de deuda reestructurada y, por lo tanto, no violó la cláusula ’pari passu’‘ o pago simultáneo a todos los bonistas.

Esto significa, en lo que respecta al litigio que él instruye, que Argentina no llegó a caer en desacato al tribunal, pues los 539 millones que ingresó en la cuenta del Bank of New York City Mellon en el Banco Central argentino, a los que se refiere el ‘default selectivo‘, siguen sin llegar a los bonistas, cumpliendo la recomendación de Griesa.

El magistrado dictaminó que Argentina debe llegar primero a un acuerdo con los fondos liderados por NML y Aurelius, que obtuvieron una sentencia favorable de Griesa para ser compensados con 1.330 millones de dólares más intereses.

Ambas partes se mostraron de acuerdo con la reanudación de las negociaciones, pero el abogado del Gobierno argentino, Jonathan Blackman, aseguró que su cliente solicitaba un cambio de mediador, por ‘pérdida de confianza‘ en el actual.

Blackman comunicó a Griesa que el Gobierno consideró ‘doloroso y perjudicial‘ para su país el último comunicado que emitió Pollack el miércoles tras la última negociación cara a cara con los fondos especulativos.

En él, Pollack se refirió a las consecuencias ‘impredecibles‘ del cese de pagos y a que no se trata de ‘una simple cuestión técnica, sino un hecho real y doloroso que causará daño a gente de carne y hueso: a los argentinos de a pie, a los bonistas que aceptaron el canje y a los fondos especulativos‘.

Griesa desestimó esta petición al considerar que Pollack había ‘conseguido avances en la negociación‘ y que ‘solo se puede llegar a un acuerdo con el camino ya empezado‘, y pidió ‘enfriar esas desconfianzas‘ y asumir que ‘los que tienen que ser dignos de confianza son los hechos‘. También llamó la atención al Gobierno argentino por haber hecho ‘declaraciones altamente engañosas‘ y de hablar con ‘medias verdades‘, pues consideró que el país ‘cuando dice que paga, sólo se refiere a los intereses de un tipo de bonistas, no a los derechos de los litigantes‘.