El Senado se encaminaba anoche, sobre el filo de la madrugada, a darle media sanción al proyecto de ley para cambiar el lugar de pago de la deuda reestructurada y revocar el mandato del Bank of New York Mellon (BONY) como agente fiduciario, para ofrecer una alternativa a los acreedores ante las trabas a los cobros impuestos por los fallos del juez Thomas Griesa.

El plan sumó en la víspera a Francia, a pedido de la oposición, como alternativa de lugar de cobro para aquellos inversores que no pueden hacerlo en EEUU por el litigio judicial con los fondos buitres.

La discusión en el recinto de la Ley de Pago Soberano se inició cerca de las 15 con la exposición del miembro informante por el kirchnerismo, Aníbal Fernández, y se descontaba una votación afirmativa a partir de la mayoría propia del oficialismo. Por su parte, senadores de distintos bloques opositores manifestaron su rechazo a la norma impulsada por el Poder Ejecutivo.

El proyecto propone el cambio en tres artículos para modificar la jurisdicción de pago, crear una Comisión Bicameral y eximir del pago de impuestos a los fondos que se destinen para los bonistas que se sumaron a los canjes de 2005 y de 2010.

El Gobierno necesita un veloz tratamiento y sanción definitiva de la ley antes del 30 de septiembre cuando se produce un nuevo vencimiento de deuda por unos 200 millones de dólares.

La ley en debate faculta al Ministerio de Economía a crear una cuenta en el Banco Central administrada por Nación Fideicomiso, que reemplazara como agente fiduciario al BONY, para depositar el dinero que les corresponde a los bonistas y así abrirles la posibilidad de que soliciten su giro desde Buenos Aires. Esta operación evitaría nuevos bloqueos por parte del juez Griesa. A fin de obtener mayor consenso, el oficialismo incorporó en el artículo 7 del proyecto a Francia como segunda plaza de pago, lo que apunta a atraer el interés de los inversores europeos.

Cabe subrayar que Aníbal Fernández remarcó que el dinero en dólares depositado en Buenos Aires será de ‘libre disponibilidad‘ para los acreedores, con lo cual no se verán afectados por los efectos del cepo cambiario.

A su turno, la senadora radical por Mendoza Laura Montero calificó el proyecto como ‘inadmisible‘ y se quejó de la actuación del oficialismo porque ‘ahora que estamos con la soga al cuello quieren soluciones mágicas‘ ‘Le pide salvavidas al Congreso que difícilmente en estas poquitas semanas lo pueda resolver‘, disparó.

En tanto, los senadores Juan Carlos Basualdo (Compromiso Federal-San Juan) y Juan Carlos Romero (Frente Popular Salteño-Salta), aliados del massismo, se sumaron a las críticas del proyecto pese a que incorporó una de las propuestas del Frente Renovador, como sumar a Francia como sede de pago.

Después de la Ley de Pago Soberano, el Senado tenía previsto abrir el debate de otro proyecto que levantó mucha polémica: el que introduce una reforma a la Ley de Abastecimiento. (DyN).