El ministro de Economía Martín Guzmán comenzó este lunes una agenda intensa de dos días en Nueva York con una reunión con inversionistas y luego tendrá encuentros el jefe de misión para Argentina del Fondo Monetario Internacional y un funcionario del Tesoro de Estados Unidos, mientras que en Wall Street y en el FMI esperan señales de un plan concreto para la renegociación de la deuda.

A las 9 de la mañana, hora local (dos menos que en Buenos Aires), Guzmán ingresó al coqueto edificio del Consejo de las Américas, en el Upper East side de Manhattan, para un desayuno a puertas cerradas con bonistas, analistas y hombres y mujeres de negocios con intereses en la Argentina.

El ministro, que llegó sonriente al encuentro, fue recibido en la puerta por la titular del organismo, Susan Segal, y luego se juntó con el grupo de selectos invitados para explicarles el rumbo económico y las líneas generales del gobierno de Alberto Fernández sobre la renegociación de la deuda con los privados y el FMI. A esta reunión lo acompaña el representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos, que vive en Washington.

A la salida, en un brevísimo contacto con los medios que lo esperaban, respondió con un "muy bien" cuando se lo consultó por la reunión. Enseguida, se subió al auto y se fue.

El ministro se reunirá el martes con Luis Cubeddu, el jefe de la misión del Fondo para la Argentina, que se trasladará a Nueva York para ver a Guzmán y poder comenzar a afilar en persona los planes de reestructuración del préstamo de 57.000 millones de dólares que el organismo pactó con el gobierno de Mauricio Macri, de los que 44.000 millones ya han sido entregados.

Aunque ambos tienen contacto fluido por Whatsapp, será la segunda vez que se vean personalmente. Se conocieron en una reunión secreta en Washington en noviembre, cuando todavía no había trascendido la designación del economista platense como ministro. En ese entonces Guzmán también se presentó ante la jefa del Fondo, Kristalina Georgieva.

El ministro también aprovechará su paso por Nueva York para reunirse con un funcionario del Tesoro estadounidense, que viajará a Manhattan para empaparse de los planes del gobierno para pagar la deuda. El apoyo del gobierno de Donald Trump en el directorio ejecutivo del Fondo es fundamental, ya que Estados Unidos, dado el tamaño de su economía, tiene un poder de voto clave. De hecho, Macri disfrutó de un respaldo crucial del Tesoro a la hora de obtener el préstamo más grande de la historia del organismo.

El Gobierno ya ha dicho que no quiere más dinero del Fondo y que buscará aplazar los vencimientos porque primero quiere que la economía del país crezca para después poder pagar. También tiene que reperfilar la deuda con los bonistas, aunque aún no está claro cuál es el plan, la oferta ni la secuencia. Funcionarios del Fondo ya expresaron que las primeras medidas de Fernández fueron “positivas” para estabilizar la economía, pero aún no ven un programa general en base al cual negociar.

El presidente dijo ayer que la Argentina “necesita una definición medianamente rápida sobre el problema de la deuda”, pero los inversionistas buscan señales claras del Gobierno sobre cómo será la renegociación. Guzmán llega a Nueva York en un contexto sensible, luego de que los acreedores de la provincia de Buenos Aires rechazaran la propuesta del gobernador Axel Kicillof y se extendiera el plazo para reestructurar la deuda al 5 de febrero. Esta estrategia está coordinada con la nacional, dijo el ministro Guzmán.

Wall Street interpreta que el Gobierno busca una apuesta agresiva con los privados, lo que podría llegar a una complicada negociación que se extienda más allá del 31 de marzo, cuando el presidente dijo que espera tener todo el tema de la deuda solucionado. Expertos consultados por Clarín esperan “definiciones” de Guzmán en Nueva York, porque ven que, a más de un mes de asumida la nueva administración, todavía “no hay una hoja de ruta, y muchas preguntas y pocas respuestas”. También buscan que Guzmán plantee alguna novedad sobre Buenos Aires y un mensaje más “conciliador” con los bonistas.

Fuente: Clarín