Este jueves salió a la luz que en el mismo avión de Aerolíneas Argentinas en el que el presidente Macri y su familia regresaron desde España  en febrero pasado, viajaban también dos colombianos que llevaban 64 mil pastillas de éxtasis.

Los controles del aeropuerto de Barajas no detectaron los estupefacientes, y los narcotraficantes viajaron como si nada, en el mismo vuelo que el Presidente. La sustancia estaba oculta en un doble fondo de los laterales de la valija y en Ezeiza tampoco fueron descubiertos.

El hallazgo finalmente fue obra del azar. Al hacer un trasbordo hacia Aeroparque, los colombianos identificados como Consuelo Martínez Muñoz, de 49 años, y Robinson Ocampo, de 32, fueron seleccionados para un control de seguridad y los efectivos encontraron lo que cargaban.

La causa recayó en el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 6, quien en las últimas horas ordenó el procesamiento de Martínez Muñoz y Ocampo por el delito de "tentativa de contrabando de exportación por ocultamiento, agravado por tratarse de estupefacientes inequívocamente destinados a ser comercializados".

Voceros de la PSA plantearon dudas respecto a la procedencia de la droga, la que podría no haber llegado desde España. Según dejaron trascender, las pastillas de éxtasis ya estaban en Buenos Aires y no habrían ingresado por Ezeiza. Sin embargo, el juez no hizo caso a esas hipótesis.