El suspendido camarista federal mendocino Otilio Romano, procesado por un centenar de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar y que se encuentra prófugo en Chile, dijo que no sabe de “qué carajo” lo acusan y denunció que es “un perseguido político”.
Además, Romano expresó tener “la esperanza de que se comprobará” su “total inocencia de lo que lo acusan” en la Argentina, donde está procesado y en camino a juicio político y juicio oral, acusado de convalidar 107 hechos de lesa humanidad.
El magistrado está involucrado de participar supuestamente en secuestros, torturas, homicidios y robo de bienes, entre 1975 y 1983, cuando fue fiscal federal y juez subrogante de Mendoza.
“Soy un perseguido político en mi país y no sé de qué carajo se me acusa”, aseguró Romano en una entrevista publicada ayer por el diario chileno El Mercurio.
Romano se refugió en Chile el pasado 24 de agosto justo un día antes de que el Consejo de la Magistratura revisara su caso y resolviera suspenderlo hasta que termine el juicio en su contra. El Gobierno de Sebastián Piñera le otorgó a Romano una visa por ochos meses. Según el matutino chileno El Mercurio, el camarista está alojado en un barrio de la comuna de Las Condes, al oriente de la capital de Santiago de Chile. El jueves, el Consejo de la Magistratura argentino aprobó por unanimidad suspender el pago de sueldos a Romano, cuya restricción del abono de haberes es “total”.

