El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, exhortó ayer a los obispos a seguir trabajando por el encuentro y la reconciliación de los argentinos, al celebrar la misa de apertura de la 108 Asamblea Plenaria que tendrá carácter electivo.
Las elecciones episcopales, las primeras desde que Jorge Bergoglio llegó a la Cátedra de Pedro, se desarrollarán en la casa de retiros El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, donde hoy se votará la conducción de la Iglesia.
El secretario general del Episcopado, monseñor Enrique Eguía Seguí, informó que hoy se votará la conformación de la nueva Comisión Ejecutiva, que preside Arancedo e integran el obispo Virginio Bressanelli (Neuquén) y el arzobispo Mario Cargnello, en las vicepresidencias, todos con posibilidades de ser reelectos.
En ambientes eclesiásticos se intuye que Arancedo no será reelecto porque está a sólo un año de presentar su renuncia por cumplir 75 años y se da por hecho que el cardenal Mario Poli, sucesor de Bergoglio en la arquidiócesis de Buenos Aires, ingresará en la mesa ejecutiva como presidente o vicepresidente.
La nueva conducción del Episcopado se definirá por el voto de dos tercios de los 83 obispos con derecho a voto, y en caso de no lograr el porcentual luego de dos escrutinios, se definirá por mayoría simple entre los dos prelados más votados.
Quien también está en condiciones de ser elegido nuevamente es monseñor Jorge Lozano, al frente de la estratégica comisión de Pastoral Social.