Hizo lo que quiso. Así argumentó su fallo el tribunal. Para los jueces "Escobar Gaviria actuó con intención y voluntad en todos los casos".

La Justicia de Entre Ríos condenó ayer por unanimidad a 25 años de prisión efectiva al sacerdote nacido en Colombia Juan Diego Escobar Gaviria, a quien encontró culpable por el abuso sexual de cuatro monaguillos sometidos por el religioso cuando tenían entre 10 y 17 años, en un fallo sin precedentes que aplicó la pena más alta hasta ahora para un miembro de la Iglesia en Argentina.

La condena, diez años mayor a la que recibió el cura Julio César Grassi, fue leída por los integrantes del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, quienes resolvieron condenar a Escobar Gaviria como "autor material y penalmente responsable de promoción de corrupción de menores reiterada", delitos agravados por la "condición de guardador", que "a su vez concurren con abuso sexual simple agravado por ser cometido por un ministro de culto".

Gaviria fue denunciado el año pasado por dos monjas que descubrieron a través de testimonios que abusaba de dos nenes de 11 y 12 años.

El tribunal, integrado por los jueces María Angélica Pivas, Roberto Cadenas y Darío Crespo, dio a conocer el fallo al concluir el primer juicio que se sustancia contra un representante del clero en Entre Ríos, donde también son juzgados por el mismo delito otros dos curas: Justo José Ilarraz y Marcelino Moya.

Los jueces aceptaron la pena 25 años pedida tanto por los fiscales Federico Uriburu y Dardo Tórtul, como por el abogado de la querella, Mariano Navarro.

"Yo pensé que era el único y lamentablemente no era así", dijo con lágrimas en los ojos Alexis, uno de los cuatro denunciantes, quien tras escuchar la sentencia se abrazó con otra de las víctimas.

"Es algo contundente lo que hacen ellos (por los curas abusadores), te van trabajando la cabeza hasta que caés, somos cinco los chicos que caímos", afirmó Alexis, agregando una supuesta quinta víctima de Escobar Gaviria.

Con la voz quebrada, su mamá aseguró que "en estos casos no se miente, son hechos aberrantes pero hay justicia; yo le digo a los chicos que les pase lo mismo que se animen a denunciar, a contar los que les pasó porque siempre hay gente que los va a escuchar".

Quien no estuvo allí para escuchar la sentencia fue el sacerdote, que decidió permanecer en la Unidad Penal Número 5, en Victoria, donde seguirá preso hasta que la condena quede firme.

El Tribunal consideró que con semejante sentencia, el sacerdote podría fugarse y por esa razón dispuso que continúe detenido allí, donde está preso desde abril de este año.

Hasta ahora, el antecedente más cercano es el del sacerdote Héctor Pared, condenado en marzo de 2003 a 24 años de prisión por el abuso sexual agravado y corrupción de menores de un hogar de Florencio Varela, en el conurbano bonaerense.

Escobar Gaviria, un colombiano de 59 años conocido también como cura "sanador", enfrentó la denuncia de cuatro jóvenes que al momento de los abusos tenían entre 10 y 17 años y eran monaguillos de la Parroquia San Lucas Evangelista de Lucas González, localidad cercana a Nogoyá, en Entre Ríos, a cargo del sacerdote, situación que para la justicia significó un agravante.

La sentencia detalla los sometimientos, entre pedidos de sexo oral, besos en la boca, violaciones y masturbaciones que sufrieron durante años las víctimas del cura, y cómo Escobar Gaviria invitaba a los chicos a dormir a la parroquia y luego los hacía pasar a su cuarto que sólo podía abrirse desde adentro.