Los jubilados de la Provincia que cobran la mínima apenas consiguen sortear el 40% de su Canasta Básica, es decir que ni juntando dos haberes mensuales lograrían contar con los productos indispensables para su bienestar, de acuerdo a un informe elaborado por la Defensoría del Pueblo bonaerense.

Según el estudio, los adultos mayores que perciben 8.637 pesos están lejos de cubrir los más de 21 mil previstos para completar la Canasta Básica. De hecho, refleja que sólo podrían gastar en salud 820 pesos, con lo que un medicamento que oscile los 400 ya se llevaría la mitad del presupuesto.

Frente a este panorama, el defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino, consideró como“dramática” la situación que atraviesan los jubilados desde que se aplicó la ley de movilidad jubilatoria en 2017, ya que “provoca un evidente deterioro en el poder adquisitivo”.

El relevamiento compara el poder de compra de quienes perciben la jubilación mínima, ya sea por la Anses o por el Instituto de Previsión Social bonaerense (IPS), en relación con la evolución de los precios durante el año. Así, indica que la jubilación mínima se incrementó en septiembre un 6,8%, ubicándose en 8.637 pesos.

“Una primera aproximación al aumento de precios, como el reflejado por el índice Canasta de alimentos de la Defensoría, que arrojó un incremento de 8,53% para el mismo período, muestra que los haberes jubilatorios crecieron muy por debajo del alza que registraron los productos”, establece el texto.

Al mismo tiempo, si se aplican los porcentajes de gasto de consumo para un hogar unipersonal, que surgen de la Encuesta Nacional de Gastos en los Hogares (ENGHo)elaborada por el INDEC, una jubilación mínima para septiembre de 2018 gastaría en salud solamente 820,52 pesos, un 9,5% del total. Es decir que un solo medicamento de 400 pesos ya insumiría la mitad de este presupuesto.

En tanto, el informe destacó que “esta pérdida del poder adquisitivo queda en evidencia si se toma como referencia el valor canasta básica de los adultos mayores o jubilados diseñada por la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, que se ubica en 21.127 pesos mensuales”. Esto significa que quienes cobren la mínima sólo podrán cubrir sólo el 40% de estos productos.

La situación se vuelve peor para los afiliados al IPS, cuyo último aumento en julio llevó la mínima a 6.217 pesos. Si bien el porcentaje que deben pagar por salud también es del 9,5, se encuentran en una desventaja aún mayor al hacerse la comparación con la canasta básica analizada anteriormente.

“La crisis económica, que se agrava día a día por la suba de la inflación y la devaluación hace que se torne dramática la realidad de los jubilados, en especial los que cobran la mínima. La situación de vulnerabilidad que atraviesan es preocupante porque se multiplican los casos de personas que no pueden comprar alimentos ni medicamentos”, sostuvo Lorenzino.

A su vez, se lamentó porque “son jubilaciones que se encuentran apenas por encima de la línea de la pobreza” y apuntó: “El ajuste del haber con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria provoca un evidente deterioro en el poder adquisitivo, por lo que es necesario hacer un llamado de atención al gobierno por esta situación y reforzar los mecanismos de contención para ayudar a esta población tan vulnerable”.

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