El doctor Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, dijo que la decisión de cerrar las sedes de Arenales y Pilar "es una medida dolorosa" forzada por la caída de las consultas en tiempos de coronavirus. Agregó que ambas sedes eran alquiladas y que "hubo que optar entre seguir pagando esas locaciones o mantener las fuentes de trabajo".

La medida afecta a unos 50 empleados (25 por establecimiento) que serán reubicados en el edificio central de la avenida Belgrano, sobre los 1.600 con los que cuenta la Fundación.

La sede de Arenales, por su parte, dejará de funcionar a fin de mayo y el de Pilar lo hará a fin de junio.

En los últimos dos meses, por temor a los contagios, la gente dejó de concurrir a las visitas médicas y centros de salud, indicó Mendiz. "Las prácticas ambulatorias cayeron entre el 50 y 70%, dependiendo del estudio. Las internaciones cayeron entre el 45 y 50%", dijo, y agregó que "en los centros que se están por cerrar la caída es casi del 100% porque es todo medicina ambulatoria, chequeos que es entendible que se suspendan", detalló.