Movida K. Hugo y Pablo Moyano, Daniel Scioli, Felipe Solá, Guillermo Moreno, Verónica Magario, Roberto Baradel, Hugo Yasky y una decena de gremialistas más, en primera fila.

Como culminación a una semana agitada en el marco judicial y político para los popes del Sindicato de Camioneros, gremialistas opositores encabezados por Hugo y Pablo Moyano, participaron de una masiva misa "por pan, paz y trabajo" en la Basílica de Luján donde la Iglesia pidió cambiar el modelo económico.

Todo arrancó muy temprano con el arribo a Luján de los principales líderes del Frente Sindical para el Modelo Nacional. En la Basílica desayunaron -como contó el jefe del gremio de los taxistas, Omar Plaini, en Twitter- y se empezaron a sumar en el palco armado frente a la iglesia. Como ya es un clásico, a la convocatoria de gremios opositores se sumaron a movimientos sociales, legisladores e intendentes peronistas que también se sumaron a la movilización, en la que no hubo carteles con consignas políticas, sólo banderas argentinas.

Hubo un llamado de atención de la Iglesia para quitarle carácter político al encuentro después de que en la semana la Pastorial Social recibiera a Hugo Moyano en medio de la puja con el Gobierno por el pedido de detención contra Pablo Moyano -ver recuadro-.

Precisamente, Pablo Moyano fue uno de los primeros en aparecer. Estuvo sentado en primera fila, junto con Hugo Moyano, Hugo Yasky, Daniel Scioli, Felipe Solá, Guillermo Moreno, el presidente del PJ Bonaerense, Gustavo Menéndez, Verónica Magario y Fernando Espinoza. También participaron del encuentro Adolfo Pérez Esquivel, el gremialista docente Roberto Baradel.

La convocatoria a la misa, que se realizó al mediodía, también fue hecha por Sergio Palazzo (Bancarios) y Ricardo Pignanelli (SMATA) convocaron a la misa. Fue presidida desde un altar levantado en la vereda de la basílica por el arzobispo de Mercedes Luján, Agustín Radrizzani.

"El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo", dijo el obispo durante su homilía en la multitudinaria misa.

* El prelado remarcó también que "nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil".

* "Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es nunca sinónimo de imposición. El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr este proceso de auténtico cambio", completó Radrizzani en su homilía.

En su mensaje más político a favor de los presentes y contra el Gobierno afirmó: "Quiero felicitarlos que construyan una alternativa humana a la globalización excluyente. Que Dios les dé coraje, perseverancia y pasión para seguir sembrando". Y agregó: "Existe un sistema de avaricia, el sistema financiero es su máxima expresión".

Luego, pastores y sacerdotes leyeron en conjunto una oración ecuménica en la que pidieron el cambio del modelo económico. "Que tanto el oficialismo como la oposición cambien el modelo económico y convoquen a un acuerdo social", sostuvieron.

En la oración ecuménica que leyeron también dijeron: "Sufrimos un poder judicial que cree que hacer justicia es desechar la presunción de inocencia". A lo que el público respondió con aplausos. Fue la frase que venía como anillo al dedo de los Moyano que están en la mira de la Justicia en varias causas judiciales.

Algunas controversias de la Iglesia


La convocatoria a la misa y la participación del obispo Radrizzani como celebrante de la misma produjo algunas controversias en el seno de la cúpula de la Iglesia por el evidente carácter político opositor de la iniciativa, confiaron fuentes eclesiásticas, aunque el evento no contó con discursos críticos al gobierno de los gremialistas ni de los dirigentes. En la semana, el titular de Pastoral Social del Episcopado, monseñor Jorge Lugones recibió a Hugo Moyano para dialogar sobre la realidad socioeconómica del país, a pedido del jefe sindical. Pero, después, y ante el marcado tinte opositor de la acción, desde la Iglesia advirtieron que la Pastoral Social no adhería a la convocatoria de Luján, por lo que se acordó no subvertir el sentido religioso de la misma con críticas.