El radicalismo resolvió ayer cerrar la posibilidad a un acuerdo nacional con el PRO y con el Frente Renovador (FR) y ratificar al Frente Amplio Unen (FAU) como marco de alianzas del partido, aunque volvió a habilitar los acuerdos provinciales con otras fuerzas y exigió la redefinición de la ‘conducción‘ del espacio que comparte con el socialismo, el GEN, Proyecto Sur, Libres del Sur y la Coalición Cívica. Así quedó plasmado en un documento de cinco puntos, que contó con la aprobación unánime de los 100 dirigentes reunidos en el complejo náutico de Punta Chica, en la localidad bonaerense de San Fernando, incluidos los precandidatos presidenciales Ernesto Sanz y Julio Cobos. Además, el acuerdo incluyó el llamado -sin fecha aún- a la Convención Nacional para que ratifique la estrategia de alianzas del partido de cara al 2015, algo que venían reclamando Cobos y Ricardo Alfonsín, y un pedido para redefinir la ‘conducción y la institucionalidad‘ del FAU. De esta manera, el radicalismo intentó privilegiar la unidad partidaria luego de las discrepancias internas que dejaron a la fuerza al borde de la ruptura, al tiempo que dio respuesta al reclamo de los socios del FAU que -a excepción de la Coalición Cívica-ARI- exigían una definición en la estrategia de alianzas. En el documento, los radicales asumen el ‘compromiso de respaldar una fórmula presidencial encabezada por la UCR‘, descartando así una alianza nacional con Macri y Massa. Sin embargo, volvió a habilitar que los distritos realicen ‘los acuerdos necesarios para apoyar a candidatos radicales a las gobernaciones, al Congreso de la Nación y a las intendencias‘ con el objetivo de ‘fortalecer la territorialidad‘ del partido.