Senadora electa. Cristina armó el domingo pasado su centro de cómputos en el Instituto Patria, en la ciudad de Buenos Aires. En estas elecciones resultó electa senadora

 

La derrota de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Buenos Aires pone en crisis el futuro del kirchnerismo en el esquema peronista que comenzará a trazarse, pero resultó amortiguada por el fracaso en las urnas de numerosos gobernadores del Partido Justicialista (PJ) que pretendían encabezar la etapa de la renovación interna.

Marginado, el kirchnerismo retiene el 13 por ciento de los votos a nivel estimativo en todo el país, pero la expresidenta tiene un punto a su favor: el revés sufrido por mandatarios justicialistas de distintas comarcas la ubica como una de las peronistas más votadas de la elección, lo que le otorga cierta expectativa para proyectarse en un eventual rearmado partidario, y en esa línea se inscribe la convocatoria que hizo a configurar un nuevo "modelo de oposición".

"Sólo la unidad de los que pensamos que otra Argentina es posible es la que nos lleva a privilegiar eso por sobre las diferencias parciales, y no personalizar ni subjetivar", convocó, después de haber fracturado el PJ para concebir Unidad Ciudadana, el sello con el que la expresidenta presentó su candidatura a senadora en estas elecciones.

Pero si, en cambio, sufriera un desplazamiento del peronismo, la senadora electa deberá establecer un frente con partidos de centroizquierda -al estilo del propio Unidad Ciudadana-. El riesgo de dar ese paso es que su ascendencia pueda atomizarse y quedar reducida a un armado bonaerense con algunas ramificaciones en otros puntos del país. Incluso, hasta reducirse.

A todo esto, la pertenencia kirchnerista en territorio bonaerense -anclada en el Conurbano- también es volátil: los intendentes de Unidad Ciudadana empezaron a delinear la estrategia poselectoral desde antes de octubre, conscientes de que su encuadramiento fue sólo coyuntural y motivado por la necesidad de conservar el poder territorial.

Si se mira el mapa, el kirchnerismo gobierna sólo una provincia, Santa Cruz, pero con una administración muy golpeada y derrotada hoy en las urnas. En la mayoría de los distritos perdió las elecciones primarias del PJ y, por consiguiente, su rol de principal opositor.

Tampoco el Frente para la Victoria pudo alzarse con triunfos donde había obtenido el primer lugar de las primarias, como Santa Fe, Chubut y Tierra del Fuego, en los que quedó empatado o debajo de Cambiemos. Aunque sí retuvo la victoria en Río Negro.

Pero no es la única expresión peronista afectada: los gobernadores Juan Manuel Urtubey (Salta), Domingo Peppo (Chaco) y Sergio Casas (La Rioja) delinearon un fracaso generalizado del PJ, con resultados que no estaban en los planes después de las primarias, por lo que el golpe no resulta tan duro para las aspiraciones del kirchnerismo, que aún retiene un 35 por ciento de "núcleo duro" en el principal bastión del país.

Esta variable podría oficiar de garantía para una supervivencia del kirchnerismo dentro del esquema de un PJ desorientado y sin ideas frente al aluvión de votos de Cambiemos. En ese escenario, los intendentes del Conurbano triunfadores en sus distritos -Verónica Magario (La Matanza), Gustavo Menéndez (Merlo), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Walter Festa (Moreno), entre otros- pueden emerger como potenciales referentes con el aval de las urnas.

Sería un nuevo intento de "unidad" después de la alquimia de 2015, cuando se inició un proceso de restructuración que depositó a José Luis Gioja al frente de una lista única en el PJ. Aunque La Cámpora se excusó de participar en esa oportunidad, sí mantuvo su influencia en el sello bonaerense, con la directiva de dejar lista la plataforma de la candidatura de la expresidenta. En definitiva, se abre una etapa horizontal e incierta para los gobernadores, que estarán obligados a concretar una reorganización que haga del peronismo una fuerza competitiva para 2019. Aunque esa empresa sea por demás compleja.

Fuente: DyN

 

No hay que "subestimar"

 

El jefe de asesores presidenciales José Torello afirmó que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo "un caudal de votos muy importantes" en los comicios legislativos, por lo que "no" hay que "subestimarla", y consideró que es la dirigente de la oposición que "mejor parada quedó".

"Hay que destacar que Cristina Fernández de Kirchner sacó el 37 por ciento de los votos en la provincia de Buenos Aires, que es un caudal de votos muy importante. Me sorprendió que una persona que está acosada por causas judiciales, prácticamente probadas, tiene seguimiento. Es para no subestimarla", enfatizó. En declaraciones a radio Late, consideró que al kirchnerismo "en el resto del país no le fue muy bien, pero sacaron el 20 por ciento de los votos que tampoco es para nada despreciable", y destacó que Cristina Fernández es "la que mejor parada quedó". Para Torello, Cambiemos está "haciendo política nueva, distinta", y precisó: "Es una política donde realmente nos preocupa lo que la gente quiere".