La diputada del Frente de Izquierda y los trabajadores Mónica Schlotthauer terminó su mandato como diputada e hizo lo que marca la lógica, regresar al empleo del que había pedido licencia para ejercer su cargo. El caso, que debería ser lo más natural del mundo llegó a los medios debido a que no es habitual que los que ejercen un cargo público vuelvan al llano.

"Estuve un mandato como diputada provincial en el 2016-2017 y después como diputada nacional en el último año. Volví el sábado a la misma estación donde trabajaba a hacer las mismas funciones que estaba haciendo: por un lado, el trabajo de limpieza de trenes y andenes y, por el otro lado, delegada gremial del sector limpieza"

De dirigente gremial a diputada

Schlotthauer tiene 56 años, empezó a militar en el Partido Socialista de los Trabajadores durante la última dictadura militar y con el retorno de la democracia comenzó su carrera sindical. Fue delegada en el Sanatorio Antártida durante diez años: "Nos echaron durante la primera lucha contra los procedimientos preventivos de crisis de la reforma laboral de Menem", afirmó.

Después trabajó en un call center, del cual también la echaron, y permaneció desempleada durante un tiempo, motivo por el cual decidió irse a vivir a Venezuela.

"No conseguía trabajo, daba vueltas y en Venezuela empezaba la lucha de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), una nueva central sindical. Fui a ver si conseguía trabajó y a aprender de todo ese proceso. Eso fue en 2005-2006. Nosotros peleamos por el socialismo acá y en todos los países", explicó.

En 2007 Schlotthauer volvió a la Argentina, trabajó algunos meses en una empresa textil hasta que entró en el ferrocarril. "Había una serie de ingresos y pude entrar. Empecé en el Mitre y después me pasaron al Sarmiento", señaló. Allí retomó la actividad gremial, como delegada de la Lista Bordó y fundó la agrupación Mujer Bonita es la que lucha, desde la cual impulsa proyectos para reparar la desigualdad de género en su espacio laboral.

"Cuando yo entré, las mujeres apenas podían limpiar. Nos juntamos y empezamos a pelear para ser guardas y después para ser maquinistas", explicó.

A futuro

Independientemente de su trabajo en la limpieza de trenes y andenes, Schlotthauer tiene previsto retomar su trabajo sindical y asegura que sus jefes están "muy molestos" con su retorno, porque "saben que les voy a ir a reclamar y a pelear todas".