La empleada doméstica que había desaparecido el viernes pasado, fue encontrada ayer muerta, aparentemente estrangulada, en el pozo ciego de su propia casa en la localidad bonaerense de Temperley. Por el hecho el principal sospechoso es su concubino, que es portero de un edificio y que fue detenido ayer con una bocha de cocaína y unos 4.000 pesos. La Policía sospecha que el sujeto pensaba usar ese dinero para fugarse ya que fue apresado en Constitución y su auto fue localizado en Lanús, informó ayer Télam en base a fuentes policiales y judiciales.
La víctima es Susana Beatriz Leiva (37), madre de un niño de 10 años y de un bebé de 18 meses cuyo padre es el principal sospechoso de haberla matado: Alberto Leandro Ponce (40). Fue este sujeto quien denunció la desaparición de su mujer el último sábado en la mañana: ese día dijo que su mujer había salido el día anterior a trabajar y nunca más la vio.
El cadáver fue hallado ayer en la mañana a un metro de profundidad en el pozo ciego de la casa de Blanco Encalada 245, de Temperley, donde los policías hicieron un rastrillaje con perros adiestrados.
Ayer, las hermanas de Susana apuntaron contra Ponce y cuestionaron que recién se allanó la casa de la víctima cinco días después de la denuncia de desaparición. ‘sospechábamos (de Ponce) desde el primer momento. Tiene que pagar por lo que hizo… él la maltrataba, era celoso’, expresó Angelina.

