Final con escándalo para la exposición de Luis Caputo en Diputados. ¿Motivo? Un inesperado mensajito que el ministro le envió a la diputada kirchnerista Gabriela Cerruti previo a su turno de preguntas. “Mis hijas tienen 11 y 13 años. No seas tan mala” fue el texto de puño y letra acompañado de un emoticón de sonrisita.

Iban ya más de cuatro horas de exposición en el Salón de las Provincias del Senado. Cerruti se paró y reaccionó enardecida pidiendo explicaciones al ministro. La diputada juró luego que el papelito -que exhibió ante las cámaras largamente- le llegó directo de manos de un secretario del ministro.

El jefe de la bancada kirchenrista en Diputados se sumó a la indignación de Cerruti y le reprochó la “sonrisa irónica” al ministro ante el reproche.

El desenlace tuvo apenas segundos. El presidente de la comisión, el senador peronista formoseño Jose Mayans, afirmó: “¡Si no hay orden, levanto!”. Aludió brevemente a un “compromiso” (del ministro en otro lugar), y ante un gesto ostensible de Caputo para irse, se levantaron y se fueron, semicustodiados por personal de protocolo. En el salón empezaba el griterío.

Varios diputados que esperaban su turno para preguntar se acercaron a increpar a Mayans y a Caputo al estrado, entre ellos el salteño Pablo Kosiner, la correntina Araceli Ferreyra (Movimiento Evita) y el socialista Luis Contigiani.

“¡Es una vergüenza!”, les reprochó Kosiner, jefe del interbloque Argentina Federal -el peronismo dialoguista- y quien había negociado la presencia de Caputo en el Congreso. Su bloque no había llegado a preguntar.

Metros más atrás hacían scrum los kirchneristas en torno a Cerruti, en llamas. “Lo más grave es que no ha contestado las preguntas más graves. ¡El ha sido jefe de inversiones de los fondos buitres y no lo ha declarado!”, bramaba Gioja.

En la batahola antes de dejar el salón, el macrista Eduardo Amadeo justificó el mensaje: “Ella (por Cerruti) le habló sobre sus hijos y él reaccionó como un ser humano”. Además, sostuvo que la reunión había sido “ejemplar” y que estaba pautada “hasta la una”.

“¡Machista, tilingo, misógino!”, seguía entretanto Cerruti calificando el episodio delante de las cámaras. Junto a Rossi hablaron de “acto de violencia de género” y acusaban a Caputo de tomarse el tema “para la joda”.