San Juan, 2 de febrero.- Luego de una primera misiva en la que el director de la Biblioteca Nacional se manifestara por la inconveniencia de que el nobel peruano de literatura, Mario Vargas Llosa, inaugurara la Feria del libro próxima en nuestro país, (postura compartida por muchos intelectuales cercanos al gobierno), la presidenta de la Nación le pidió que se retracte, y no se objete la presencia en Argentina del autor de La ciudad y Los Perros. Este es el texto de la carta.

Sr. Gustavo Canevaro

Presidente de la Fundación El Libro

Sr. Carlos de Santos

Presidente de la Cámara del Libro

La carta que les escribiera en torno a la presencia del escritor Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro ha recorrido su largo camino matutino en múltiples notas periodísticas y radiales, de las cuales extraigo la idea de que estamos ante un debate complejo en torno a los compromisos literarios y políticos. He percibido que la discusión corre el riesgo de ser presentada como una vía para limitar la palabra de un escritor, que siempre leímos como el buen novelista que es, y cuestionamos como especial promotor de interpretaciones inadecuadas sobre la política y la sociedad argentina. No era aquél su sentido sino el de resguardar la Feria del Libro como ámbito de múltiples voces, procurando que la calidad de las mismas predomine por sobre las inscripciones políticas inmediatistas.

Esta mañana he recibido un llamado de la Sra. Presidenta de la República en el sentido de afirmar la sustancia, la forma y la pertinencia del debate democrático en todos los planos de su significación. En ese sentido me ha pedido, en mi carácter de director de la Biblioteca Nacional, retirar la carta que anteriormente les he enviado, en la que proponía que el Sr. Vargas Llosa diera su conferencia, pero no en carácter de acto de inauguración de la Feria. La Sra. Presidenta me hizo conocer su opinión respecto de que esta discusión no puede dejar la más mínima duda de la vocación de libre expresión de ideas políticas en la Feria del Libro, en las circunstancias que sean y tal como sus autoridades lo hayan definido. Tal como me lo ha expresado, no es concebible la vida literaria y el compromiso con la ensayística social sin un absoluto respeto por la palabra de los escritores –o de cualquier ciudadano–, cualquiera sea su significación o intención. Les escribo comunicándoles este diálogo con la Presidenta en la certeza de que estamos comprometidos en toda discusión que sirva para dar más cualidades a la vida democrática, como este intercambio de cartas también lo certifica.

Atentamente

Horacio González

Director de la Biblioteca Nacional