Buenos Aires, 28 de enero.- No será un partido. Es un Superclásico, con todo lo que eso implica. Por eso, el tema seguridad estará celosamente custodiado por 1.200 policías que estarán desde temprano en el estadio Malvinas Argentinas controlando el ingreso de los hinchas y haciendo valer el derecho de admisión que pesa sobre los barras de ambos equipos.
Son poco más de 150 violentos los que no podrán ingresar a la cancha, incluidos los del lado de Boca; Mauro Martín y Rafael Di Zeo, y el jefe de la barra “millonaria”, Martín Araujo, más conocido como “Martín de Ramos”.
La seguridad del clásico se enfocó tras el encuentro que mantuvieron el ministro Carlos Aranda y “Rafa” Di Zeo, en una reunión que fue calificada de “casual” por el propio funcionario. Tras la polémica que desató este tema, decidieron reforzar todos los aspectos para alejar la violencia.
La zona más vigilada será la de Desaguadero, donde en 1994 hubo un sangriento enfrentamiento entre barras de Boca e Independiente. Para el partido de mañana se esperan más de 30 mil personas y aguardan que la recaudación supere los dos millones de pesos.

