La defensa de Diego Lagomarsino, asesor informático de Alberto Nisman y quien le prestó una pistola que acabó con la vida del fiscal, solicitó hoy a la Justicia que declare nula la conclusión del peritaje de Gendarmería Nacional que opinó que al fiscal lo asesinaron.
 

Según fuentes judiciales, los abogados defensores del experto cuestionaron, sobre todo, la supuesta detección de restos de ketamina en el cadáver de Nisman, porque pasaron más de dos años y no hay certificación de cuándo y cómo se la inyectó, así como el horario exacto del deceso del fiscal.
 

El pedido fue presentado por el abogado defensor de Lagomarsino, Gabriel Palmeiro, al fiscal federal Eduardo Taiano, quien lleva adelante la pesquisa sobre quien era titular de la Unidad Fiscal AMIA, encontrado muerto de un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en el baño de su apartamento en Puerto Madero.
 

Para la defensa, los estudios toxicológicos no pueden haber encontrado rastros de ketamina dado que los restos cadavéricos no están conservados a 20 grados bajo cero dentro de la morgue judicial y, a la vez, se encuentran almacenados en un envase de plástico.
 

A la vez cuestionó la coordenada temporal que la Junta Interdisciplinaria da como hora de la muerte -3 de la madrugada- y defendió su hipótesis de que Nisman se suicidó disparándose en la cabeza a la mañana del 18 de enero de 2015, entre las 8 y el mediodía por los datos que surgen de la temperatura y rigidez corporal.
 

La defensa de Lagomarsino coincide con la hipótesis de que Nisman se quitó la vida en coincidencia con la autopsia y dictamen de 13 médicos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema y un informe de la peritos de la Policía Federal.