Se lo ganó. Tras la charla, Macri se reunió con las principales espadas del PRO y avanzó en nombrar a Patricia Bullrich como nueva presidente del partido.

El presidente Mauricio Macri dejó caer algunas lágrimas ayer en la charla en vivo con sus seguidores en un encuentro convocado por él en la red social Instagram que actuó como despedida de la función de Jefe del Estado y que sirvió para agradecer el apoyo logrado en las elecciones. También se mostró optimista sobre el futuro de Argentina y en ese sentido, el Presidente pidió al kirchnerismo "que no insista con políticas que no funcionan.

Macri aseguró que se inaugura en el país "una etapa de aprendizaje para los argentinos y también una gran oportunidad para el kirchnerismo de demostrar que tuvo un aprendizaje en estos cuatro años fuera del poder", y dijo esperar que el nuevo gobierno "no insista con políticas que no funcionaron, nos excluyeron del mundo, nos retrasaron y nos dividieron".

"Ojalá que esta etapa de ellos arranque con vocación de verdad, de diálogo, tolerancia e integración. Y, si no, hoy hay un grupo consolidado que representa a más del 40 por ciento de los argentinos, que estamos decididos a participar y ayudar pero también a poner límites a las cosas en las cuales no creemos", sostuvo al responder preguntas de los usuarios de la red social Instagram, donde alternó definiciones sobre su futuro político con cuestiones personales y familiares.

Al ser consultado por su futuro, insistió que su "compromiso" es "ayudar a coordinar a la oposición" para que "sigamos unidos en Juntos por el Cambio y que cada uno realmente pueda hacer su aporte" dentro de ese espacio. Y agregó: "Así como hemos hecho una gestión en función de construir, con todas las limitaciones, con todos los aciertos y los errores, también tenemos que hacer una oposición constructiva, responsable e inteligente. Ese es el desafío". Aclaró también que Miguen Ángel Pichetto seguirá en Juntos por el Cambio, "está más convencido que nunca".

Uno de los momentos más emotivos fue cuando le preguntaron qué iba a extrañar de ser presidente. Con un nudo en la garganta y los ojos llorosos, le cedió la palabra a su esposa que aclaró, "se emocionó", y le habló primero a él: " Vas a seguir, vas a estar en contacto con todos".

Al final de la transmisión, también volvió a emocionarse cuando dijo: "Hoy hay un grupo consolidado de 40% de los argentinos que está dispuesto a ayudar pero también a poner límites".

Se refirió a la crisis como el peor momento de su vida más allá del secuestro: "Fue un vértigo especialmente desde abril que empezó la crisis. Fue muy difícil para todos".