Gobierno prorrogó hasta el 9 de julio las medidas de restricción en todo el país, la continuidad del cierre de fronteras al turismo, y estableció un cupo de 600 personas para el retorno al territorio nacional para "retrasar" lo más posible el ingreso de nuevas variantes del coronavirus, sobre todo la Delta. Igual, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, admitió que esta cepa, que apareció primero en la India y que es más contagiosa y potencialmente más mortal, "indefectiblemente llegará a la Argentina".

Cafiero y la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, coincidieron ayer en la importancia de "retrasar" el avance de la cepa que causa gran preocupación en Estados Unidos y países de Europa, y se presenta como "más agresiva" mientras se acelera en el país el proceso de vacunación con la llegada de más dosis y nuevos acuerdos.

"Está proyectado que la variante Delta será prevalente en Europa para fines de agosto y estará llegando indefectiblemente a nuestro país", sostuvo Cafiero en declaraciones a CNN radio.

En ese marco, señaló que se están "tomando medidas para retrasar su llegada y avanzar con mucha velocidad en la campaña de vacunación, redoblando esfuerzos con los nuevos contratos que se van cerrando" con los distintos laboratorios, como ocurrió el viernes con el anuncio de la compra de 24 millones más de vacunas Sinopharm.

El Gobierno nacional oficializó ayer la prórroga hasta el 9 de julio de las medidas de restricción en todo el país, según las distintas zonas clasificadas en un "semáforo epidemiológico", para mitigar el impacto de la segunda ola de coronavirus que atraviesa el país.

Así lo dispuso mediante el Decreto de necesidad y urgencia (DNU) 411/2021 firmado por el presidente Alberto Fernández.

En tanto, a través de la Decisión Administrativa 643/2021, se oficializó también ayer la prórroga del cierre de fronteras al turismo hasta el próximo 9 de julio y el cupo de 600 pasajeros diarios para el ingreso al país.

Todas las medidas fueron dispuestas para bajar el riesgo de contagios de coronavirus e impedir el ingreso de variantes que no registran circulación comunitaria en el país, como la variante Delta, cuya respuesta ante "la efectividad de las vacunas se desconoce", se indica.

"En el actual contexto epidemiológico, el riesgo de introducción de nuevas variantes, aún más transmisibles, podría generar un aumento brusco y elevado de casos, lo que llevaría indefectiblemente a una mayor mortalidad", agrega.

La norma también dispone que "quienes regresen del exterior entre el 1 de julio y el 31 de agosto, están obligados a aislarse en los lugares que determinen los gobiernos provinciales y de la CABA, durante 10 días, contados desde el testeo realizado en el país de origen".

La estadía en los lugares de aislamiento estará a cargo del pasajero y se controlará que quienes regresaron de viaje estén en sus domicilios.

Se radicarán denuncias penales en caso de verificarse el incumplimiento del aislamiento, de acuerdo con los arts. 205 y 239 del Código Penal, por violación a medidas contra epidemias y desobediencia a autoridad pública, sancionadas con prisión de seis meses a dos años y con prisión de 15 días a un año, respectivamente.

En ese sentido, Cafiero remarcó que "es necesario que las jurisdicciones acentúen los controles" y recordó que "el incumplimiento de estas normas está penado por la ley y se realizaran las denuncias correspondientes".

Por su parte, Carignano explicó que el regreso de los argentinos que se encuentran fuera del país se realizará en "forma controlada y ordenada" a fin de "lograr el cumplimiento efectivo del aislamiento" que deben realizar los viajeros al ingresar nuevamente al territorio nacional, ya que actualmente -según los relevamientos oficiales- casi la mitad no lo cumple.