Los gobernadores de La Rioja y San Luis picaron en punta anunciando que pagarán un plus a fin de año a los empleados públicos de esas provincias de 400 y 2.000 pesos, respectivamente. Así se anticiparon a los tira y aflojes que suelen copar el ámbito a medida que se acerca el mes de diciembre. También fue una forma de reconocer la pérdida del salario real frente a la inflación, y bastó sólo estos dos movimientos para abrir paso a una ola de reclamos sobre un plus o bono de fin de año entre los que está incluida la CTA de Hugo Yasky, un gremio al fin al oficialismo. Mientras, el Gobierno nacional intenta despegar del horizonte a esta nueva olla de presión al considerar ‘que no existen razones objetivas’ para otorgar este incentivo extra a fin de año porque ‘hubo recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Igual, la puja está en marcha.

El secretario de Interior de la CGT opositora, el rural Gerónimo Venegas, aseguró ayer que ‘todos aquellos gremios que firmaron por menos del 30 por ciento‘ en paritarias ‘tienen que pedir bonos de fin de año para paliar efecto el de la inflación‘ sobre los salarios. Venegas contradijo de esta forma las afirmaciones del secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, y del jefe de Gabinete, Jorge Capintanich, en el sentido que no habrá bonos porque ‘el salario no perdió‘ poder adquisitivo. ‘Costa desconoce la situación, la inflación de acuerdo a datos recientes supera el 40 por ciento, porque el crecimiento es menos cinco y el dólar está a 15 pesos‘, afirmó Venegas. En el mismo sentido, el titular del Sindicato de Trabajadores de Estaciones de Servicio, el barrionuevista Carlos Acuña, aseguró ayer que a los gremios ‘les corresponde pedir un bono de fin de año porque nadie firmó en paritarias por arriba del 40 por ciento‘.

Por su parte, el diputado y titular del gremio de los canillitas, Omar Plaini, ratificó el reclamo a favor de un plus salarial a fin de año para paliar el impacto de la inflación y, en réplica al secretario de Comercio, advirtió que ese bono ‘no será necesario para él‘ pero sí para los trabajadores, entonces que ‘no pluralice‘. Asimismo, volvió a pedirle al Gobierno que exceptúe del Impuesto a las Ganancias el pago del medio aguinaldo que cobran los empleados en diciembre porque la inflación ‘carcome’ los ingresos de los trabajadores asalariados, cuentapropistas y los que tienen pequeños comercios.

Otro moyanista, el titular de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Julio Piumato, afirmó que el gremio que encabeza ‘no‘ pedirá un bono de fin de año, ya que el sector tendrá una mejora anual en tres tramos, pero consideró que es ‘justo‘ que lo reclamen sindicatos cuyas paritarias quedaron abajo de la inflación.

El sindicalismo K también se sumó al reclamo. El titular de la CTA, Hugo Yasky, reclamó ayer el pago de un plus salarial para fin de año y que no se descuente del medio aguinaldo el impuesto a las ganancias, ya que opinó que 2014 cerrará con una inflación del 30 por ciento que superará ‘en un par de puntos‘ los haberes.

De lado de la patronal, Héctor Méndez, presidente de la mayor entidad empresarial del país, la Unión Industrial Argentina (UIA), no descartó ayer que sus empresas paguen a sus empleados un bono de fin de año, para compensar el impacto de la inflación sobre el salario, al asegurar que el sector fabril ‘siempre‘ ha ‘tratado de resolver los problemas dando algo

independientemente de la postura del Gobierno‘.

La polémica fue disparada por el secretario de Comercio, Augusto Costa, quien consideró que ‘para nosotros no hubo pérdida de salario real‘. Y Capitanich reiteró que desde la Casa Rosada ‘no promovemos, no propiciamos, no propiciaremos ningún tipo de medida de carácter excepcional de esa naturaleza‘ porque con las paritarias de este año ‘se han logrado resultados satisfactorios‘.