El todavía presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti habló luego de se supiera que dejará su cargo para que asuma Carlos Rosenkrantz. "Es tiempo de dar un paso al costado, los cargos no deben ser nuestro objetivo", aseguró en un diálogo con Clarín. 

Lorenzetti, que hace 11 años está al frente de la presidencia del Máximo Tribunal, dio a entender que el tiempo al mando de la Corte era suficiente. "Las personas debemos disolvernos en las instituciones", reconoció.

Además, destacó el rol de su futuro sucesor al que reconoció como "un gran jurista" y aseguró que lo apoyará "totalmente"

La decisión de la salida de Lorenzetti se tomó este martes durante una reunión del tribunal que fue más larga que lo habitual: comenzó a las 10 y el acta se firmó pasadas las 14.

El cambio se venía hablando puertas adentro de la Corte desde hacía varias semanas. Según las fuentes, la intención es bajarle el perfil "político" al máximo tribunal y concentrarse en temas puramente judiciales.

Lorenzetti realizó un repaso sobre sus años en la Corte y aseguró que hizo "mucho por la Corte y por el país en todos estos años en que mis colegas me honraron con la elección como presidente".

Lorenzetti aseguró que seguirá integrando la Corte aunque en un rol menos destacado y confesó que ahora tendrá más tiempo para sus actividades académicas. "Seguiré trabajando como siempre y tal vez tenga más tiempo para la vida académica y la actividad internacional, sobre todo en el tema ambiental, que es tan urgente".

El 7 de noviembre de 2006, Lorenzetti fue designado como Presidente del cuerpo, pero asumió formalmente el cargo el 1 de enero de 2007, en reemplazo de Enrique Petracchi.

Lorenzetti mantenía un duro enfrentamiento con Elisa Carrió, fundadora de Cambiemos y socia política del presidente Mauricio Macri, que lo había denunciado en la Justicia Federal e incluso en el Consejo de la Magistratura, por supuesto enriquecimiento ilícito. Hace diez días, la líder de la Coalición Cívica lo había denunciado también por supuestas irregularidades en el funcionamiento y en las contrataciones de personal de la Morgue Judicial, que depende del máximo tribunal.