Estrategia o no, el presidente Mauricio Macri reforzó hoy el tono cálido de su respuesta al telegrama protocolar que le envió Francisco con motivo de su sobrevuelo por Argentina, en su camino a Chile. En la primera reunión de Gabinete que encabezó tras sus vacaciones, Macri citó al Sumo Pontífice para instruir a sus ministros de los lineamientos que pretende para 2018 y pidió redoblar el esfuerzo para incentivar "la cultura del trabajo".

La alusión del mandatario no fue casual ni inocente. Sabía que en medio de las especulaciones por la decisión de Francisco de ir a Chile y Perú, sin pisar suelo argentino, que reflotó el trato frío que recibió del Papa desde que asumió la Presidencia, cualquier referencia suya ante tantos funcionarios iba a trascender.

Por eso, tras hablar de la conveniencia de postergar el debate sobre la reforma laboral -como ratificaría el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en conferencia de prensa- para el período ordinario, y señalar que se puede gobernar sin acelerar el tratamiento de esa ley, el jefe de Estado cerró el tema parafraseando a Francisco.

"Como pide el Papa, hay que insistir con la cultura del trabajo", dijo. Y añadió que sólo "generando empleo de calidad se va a poder reducir la pobreza" y garantizar "igualdad a todos los argentinos".

En incontables ocasiones en los casi cinco años que lleva como Papa, Francisco hizo hincapié en fomentar la cultura del trabajo y sostuvo que "quien quita el trabajo, comete un pecado gravísimo" y que "donde no hay trabajo, no hay dignidad". También consideró que "el desempleo está trágicamente expandiendo las fronteras de la pobreza".

Así, Macri se esforzó por mostrar que, al menos desde su Gobierno, no hay ningún malestar por el telegrama protocolar del Papa, similar al que le envió a Cristina Kirchner en julio de 2015, al sobrevolar Argentina de camino a Bolivia. Claro que, antes y después, el propio Francisco tendría reuniones más extensas y con sonrisas con la ex presidenta que las que tuvo con su sucesor.

Consultado en la conferencia de prensa, Peña también buscó minimizar cualquier diferencia. "Esta es su casa, el Papa no necesita invitación. Nosotros no consideramos que haya ninguna cuestión política respecto a su visita a Argentina", indicó. Al tiempo que expresó que "sería buenísimo que venga pero respetamos sus tiempos".