El vínculo de los argentinos con las Islas Malvinas que se renueva cada 2 de abril tiene una fortaleza inquebrantable, está basado en la convicción de que nos pertenecen y sustentado en un trabajo incansable para alcanzar ese día sublime en el que podamos nuevamente ejercer nuestra soberanía en esa tierra tan cara a nuestros afectos.

No debemos olvidar que esta fecha nos recuerda un capítulo muy difícil de nuestra historia. El conflicto del Atlántico Sur, cuyo inicio recuerda este día del calendario y que se extendió hasta el 14 de junio de 1982, nos obliga a pensar en otra dimensión, a enfocarnos en los protagonistas de aquellos días. Para muchos argentinos, la guerra es una referencia que llega desde lejos en el tiempo. Es un instante en una clase de historia, una película compartida con amigos, una referencia en un artículo periodístico o la lectura de un libro testimonial. Pero la guerra, y fundamentalmente sus consecuencias, está presente para siempre y con inalterable intensidad en cada uno de los combatientes, cuyas vidas cambiaron para siempre, al igual que las de las familias de los héroes caídos en combate.

Es sabido que los días después del regreso al continente no fueron buenos para los soldados y menos para sus seres queridos. Por decisión y por incapacidad, el Estado no quiso y no supo cuidarlos y así el dolor se hizo carne, muto al enojo y luego se afianzó en tristeza e impotencia.

El silencio y la falta de respuesta fueron una constante por años. Por eso, este 2 de abril es diferente para todos y para 112 familias más aún. Desde 2016, nos propusimos dar cumplimiento a un derecho humanitario inconmensurable, abandonado por mucho tiempo, como lo es la identificación de nuestros héroes en el cementerio de Darwin. Siempre supimos que nuestros héroes eran 649, que todos tienen nombre y apellido. Cada uno tenía una historia antes y después. Jamás fueron N.N. como se los maltrató.

Hoy sabemos más, mucho más. Ya hay en Darwin 112 tumbas más con sus respectivos nombres y apellidos; nos quedan aún 10 con la leyenda Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios. Estamos trabajando para identificarlos.

Hoy, abrazaremos en la Quinta de Olivos, junto al presidente Macri, a todos los héroes, combatientes y sus familias a lo largo y ancho del país, y descubriremos una placa de homenaje permanente, un reconocimiento que insólitamente jamás nadie se dispuso a hacer. También estaremos en Ituzaingó, Corrientes, saludando a miles de combatientes y sus familiares. Esta provincia, junto a Chaco, ha sido de las que más soldados envió a Malvinas y lleva a cabo un trabajo como política de Estado hacia ellos que es un ejemplo.

Malvinas es pasado, presente y futuro. Por eso, la tarea que tenemos no es sólo no olvidar lo que pasó, sino además trabajar cada día tratando de dar las respuestas que durante tantos años no se dieron.

El Plan Humanitario Malvinas es un ejemplo reconocido por el mundo. La Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural está haciendo un enorme esfuerzo para impulsarlo junto al resto de los actores que participan de esta noble tarea de reparación.

Que este 2 de abril sea un día de recuerdo, de emoción, de consuelo, de contar historias heroicas, de acompañamiento y, sobre todo, de unión e inspiración para todos los argentinos. Este es el mejor regalo que les podemos a hacer a los que entregaron todo por nuestra Patria.

- Por Claudio Avruj, Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación.

* Fuente: Télam