Buenos Aires, 8 de julio.- Héctor Pared terminó con la vida de su exmujer, Mónica, con 9 disparos. Ambos convivían, pero ella estaba a punto de dejar la vivienda y él, cómo la encontró chateando con otra persona, la mató. Desde entonces Pared se encuentra con prisión domiciliaria. Su defensa lo consideró inimputable por actuar "bajo emoción violenta". Por eso, le atenuaron la pena.

Fue el hijo de la pareja quien llegó a la casa y encontró a su madre tirada en el piso y a su papá con la pistola en la cabeza a punto de quitarse la vida, en agosto de 2011. El joven se avalanzó sobre su padre y le quitó el arma.

Ahora, consecuente con el pedido de la fiscalía, lo condenaron a 15 años de prisión por el delito de "homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación". Según el tribunal, la atenuación se dio porque consideraron que "en el momento del asesinato se encontraba afectado psicológicamente".

Según contó el abogado defensor del hombre, Luis Alinas, a Minuto Uno, "él está en prisión domiciliaria. Voy a apelar la sentencia, porque justamente lo que estamos diciendo es que si actuó bajo emoción violenta es inimputable y el tribunal parece que lo está considerando pero no".