El nuevo jefe del Ejército argentino, César Milani, denunció ayer ‘una campaña de desprestigio‘ en su contra tras presentarse a declarar espontáneamente ante un juzgado de Tucumán para negar su participación en la última dictadura (1973-1983).
‘Niego todos y cada uno de los hechos que algunos medios de comunicación denunciaron en forma malintencionada, montando una campaña de desprestigio y difamatoria con el objetivo de perjudicar mi trayectoria militar‘, afirmó Milani a Radio Nacional de Tucumán.
Milani, que declaró tras ser autorizado por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, negó su participación en el ‘Operativo Independencia‘ desarrollado por el Ejército argentino en 1975 para localizar y aniquilar a guerrilleros en los montes tucumanos. Activistas de derechos humanos protestaron contra el jefe del Ejército a las afueras del tribunal mientras éste se reunía con el juez federal número 1 de Tucumán, Daniel Bejas.
Desde la decisión adoptada semanas atrás por la presidenta Cristina Fernández, que designó a Milani al frente del Ejército, dirigentes de la oposición cuestionaron el rol que el nuevo jefe militar desempeñó durante la dictadura.
El escándalo aumentó después de que Ramón Olivera, un expreso político, asegurara que Milani participó del proceso de su detención ilegal en la provincia norteña de La Rioja, en 1977. Olivera compareció ayer ante el juez federal de La Rioja Daniel Herrera Piedrabuena, y reiteró ante el magistrado que Milani, en aquel entonces subteniente, fue quien allanó su domicilio, detuvo a su padre y luego participó directamente del hostigamiento contra él cuando declaraba ante el juzgado federal de La Rioja durante la dictadura.