Demostración de fuerza. Más de 300 pastores de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) organizaron la marcha. Unos 1.000 micros trajeron gente del interior del país.

A cuatro días que el Senado vote para decidir cuál será el destino final de la legalización del aborto en Argentina, miles de manifestantes, convocados por las iglesias evangélicas, participaron ayer por la tarde en los alrededores del Obelisco de la Concentración Nacional "Salvemos las dos vidas".

A pleno sol y con clima festivo, la marcha en rechazo al proyecto de despenalización del aborto, que se votará el miércoles próximo en el Senado, se extendió desde el Obelisco hasta avenida Independencia desbordando todas las expectativas.

"Se invita a todos los ciudadanos, independientemente de sus credos, a pronunciarse a favor de las dos vidas", decía el comunicado de la convocatoria, que considera que el aborto no es una "política de salud", sino una "práctica criminal y de tortura a un niño por nacer" que produce "daños irreparables". También establece la postura política de las iglesias evangélica sobre el tema, quienes "no apoyarán a ningún candidato que promueva, adhiera o legalice el aborto en el país".

En medio de pañuelos celestes y cantos religiosos muchas fueron las personas que levantaron sus manos al cielo para orar por los niños "por nacer", la familia y por los senadores a los que pidieron que "iluminen" a la hora de tomar una decisión el próximo miércoles.

Este es uno de los puntos que resaltó Osvaldo Carnivali, pastor y uno de los organizadores del evento. "No vamos a acompañar la legalización del aborto, la muerte de un bebé por nacer. El aborto va a seguir sucediendo, pero otra cosa es que el Estado tome una decisión".

Joel Ojuel fue una de las médicas que se acercaron al acto en defensa de las "dos vidas". La ginecóloga obstetra afirmó a La Nación que "31 mujeres murieron por abortos clandestinos y 12 por abortos espontáneos" y desafió a quienes pudieran "mostrar las actas de defunción que avalen la muerte de medio millón de mujeres" por estas causas.

"Más que lo religioso lo que convoca es el aborto en sí: cómo se puede legislar entre la vida y la muerte", explicó Dina Rezinovzky, coordinadora de la juventud del PRO y funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Para Rezinovsky, quien estimó que de la convocatoria participan más de 800.000 personas, la ley no va a salir porque habrá un "rechazo total" en el Senado y su aprobación impactaría negativamente sobre el proyecto de reelección del presidente Macri.

Entre los diputados presentes, estuvo el salteño Alfredo Olmedo, que también compartió la idea de que la Cámara alta frenará la propuesta. "No puede haber una ley que sobrepase lo natural. Si soy gobernador de Salta voy a derogar el decreto de autorización del aborto, en el caso que la víctima no preste declaración", indicó.