Protagonista insoslayable de la creación plástica y arquitectónica de los últimos cincuenta años, Clorindo Testa falleció ayer dejando como legado una serie de obras emblemáticas en la ciudad de Buenos Aires como la Biblioteca Nacional, el Centro Cultural Recoleta y ex Banco de Londres.
Testa nació en Nápoles (Italia) el 10 de diciembre de 1923 pero antes de cumplir el año de vida su familia se radicó en la Argentina, donde forjó sus estudios y conformó la primera camada de arquitectos de la nueva Facultad de Arquitectura y Urbanismo (1948).
‘Aunque italiano de nacimiento, soy un arquitecto argentino, que vive y proyecta en Argentina sin perder los lazos con la tierra de mi padre‘, mencionó al agradecer, a los 80 años, el haber recibido el título de doctor honoris causa en la Facultad de Arquitectura de la Universidad La Sapiencia de Roma. Al año siguiente de su graduación volvió a Italia, becado por la UBA, donde permaneció hasta 1951. En 1952 realizó su primera exposición en la Galería Van Riel, de Buenos Aires; en 1953 expuso en el Museo de Arte de Moderno de Río de Janiero y en el Museum de Amsterdam; en 1956 participó de la Bienal de Venecia.
Una exposición inaugurada en el Pabellón de las Artes de la UCA en 2005 mostró un resumen del recorrido de este artista inquieto e innovador, dueño de una envidiable energía creativa.