A las cuatro y media de la tarde hora de México dejó de latir su corazón y pasaba a la historia como una de las plumas más comprometidas en la lucha contra la última dictadura militar que sufrió en carne propia. La represión dejó huellas imborrables en su vida que ayer terminó de apagarse.
A los 83 años el escritor, poeta y militante argentino, Juan Gelman, falleció ayer en el Distrito Federal de México, según confirmó a Télam su nieta Macarena Gelman, que viajó anoche desde Uruguay al Distrito Federal para darle el último adiós.
El reconocido hombre de las letras y autor de más de treinta libros, se encontraba internado en México donde vivía hace más de 20 años y desde donde escribía una columna semanal para el matutino argentino Página/12.
‘Murió tranquilo, en su casa, rodeado de su familia (…), de una enfermedad que se llama síndrome de mielodisplasia‘, dijo una fuente de la familia.
En 2007, Juan Gelman ganó el Premio Cervantes; en 1997, el Premio Nacional de Poesía en Argentina; en 2000, el premio Juan Rulfo; en 2004, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; y en 2005, los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía, entre muchos otros.
Hijo de inmigrantes ucranianos, se enamoró de la poesía con los versos de Pushkin en ruso que recitaba su hermano, y que él no comprendía, y escribió sus primeros poemas para sus amores de barrio de su Buenos Aires natal. No recordaba esos primeros renglones, pero sí se acordaba de algo: ‘Ella se llamaba Ana‘.
Tras esos primeros escarceos con el verso, se hizo poeta, contra el criterio de su madre, que le auguraba que nunca se ganaría la vida con eso. Pero se equivocó. Con su obra alcanzó el reconocimiento unánime de las letras españolas.
Juan Gelman nació el 3 de mayo de 1930 en el barrio porteño de Villa Crespo, a los quince años comenzó a militar en la Federación Juvenil Comunista, y luego se integró a las filas del peronismo revolucionario.
El compromiso político contra la dictadura en su país, cuyos terribles efectos sufrió en carne propia, marcó su vida y su obra, aunque el desdeñaba el término ‘poesía comprometida‘. Su hijo y su nuera, embarazada, desaparecieron durante el régimen militar y el poeta no reencontró a su nieta hasta 23 años después. Muchas veces dijo que el dolor de perder a un hijo no acababa nunca. Pero decidió no escribir desde el odio, ‘que nos hace daño‘, sino desde la pérdida.
‘Gelman supo siempre pelear por ensanchar el espacio de la libertad‘, aseguró el escritor Jorge Boccanera.