En medio del debate interno puertas adentro de Cambiemos y la fuerte presión de la Iglesia que durante los tedeum del 9 de julio envió mensajes explícitos a los senadores y al propio Presidente contra el aborto, el Gobierno reiteró ayer que no vetará la ley de interrupción voluntaria del embarazo si finalmente la aprueba el Senado.

En marzo, cuando Macri autorizó abrir el debate, ya se había anticipado la intención de Presidente de quedarse al margen, sin intervenir sobre la decisión que finalmente adopte el Congreso Nacional, más allá que vaya en contra de sus propias convicciones personales a favor de "las dos vidas".

"El Presidente ha sido claro en su convicción de la importancia de dar el debate sobre la despenalización del aborto, esto implica respetar el resultado del acuerdo y por supuesto no vetar la ley", dijo ayer Marcos Peña al término de la reunión de gabinete que el presidente Mauricio Macri encabezó en la Casa Rosada.

La respuesta del jefe de Gabinete surgió tras la homilía del arzobispo de La Plata, Víctor Fernández, que desafió a Macri a vetar la norma en caso de que se convierta en ley. "Que la vete si es que tiene una profunda convicción sobre el tema", dijo "Tucho" Fernández durante la ceremonia por el 9 de julio.

El arzobispo hasta invitó al jefe de Estado argentino a imitar al presidente uruguayo Tabaré Vásquez, quien en 2008 vetó la ley de despenalización del aborto.

Cabe recordar que el recientemente nombrado obispo de La Plata es uno de los hombres de la Iglesia católica argentina más cercanos al papa Francisco que lo puso en una diócesis clave de la Provincia de Buenos Aires. Es amigo del Papa desde que estaba al frente de la Universidad Católica Argentina (UCA) que a través del "Barómetro Social de la Iglesia" y "El Observatorio de la Deuda Social", ambos dependientes de la UCA, muchas veces apuntó contra el Gobierno de Macri con distintos informes, principalmente sobre pobreza, desocupación, alimentación y sobre el acceso a los servicios de salud, educación y vivienda.

Macri también es sindicado por altos miembros de la Iglesia como el "impulsor" del debate sobre el aborto -en tándem con el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, pero Peña evitó sumar más leña al fuego de la discusión por el aborto.

"Es una muy buena relación, institucional, como lo es con los demás cultos. Hemos sido siempre respetuosos de su palabra, de las cuestiones que cada uno aporta. No encontramos que haya una razón de fricción por habilitar el debate, algo que está en el centro de la vida republicana de nuestro país", dijo el jefe de Gabinete, en defensa de la decisión presidencial de habilitar el debate que no habían querido abrir otros presidentes.

El Senado dio inicio ayer en un plenario de comisiones a las ponencias individuales para debatir el proyecto de legalización del aborto que ya cuenta con media sanción de Diputados.

Por el plenario de las comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Penales, y Asuntos Constitucionales, que comenzó a las 14 en el Salón Arturo Illia del Senado y terminó cerca de las 19.30, desfilaron de manera intercalada 18 expositores a favor y en contra de la iniciativa.

¿El aborto legal costará 1.600 millones anuales?   

El Senado comenzó a debatir la ley del aborto legal y el primer cruce fuerte lo provocó el urólogo Fernando Secin, que previó un costo de 1.600 millones de pesos y 1.500 internaciones si se habilita la interrupción del embarazo.

Lo calculó en base al dato de los 500 mil abortos anuales que la campaña a favor de su legalización asegura que se practican en el país. "Un misoprostol cuesta 3.343 pesos, 500 mil son 1.600 millones de pesos, 55 millones de dólares", contabilizó Secin.

"Si tenemos en cuenta que el 30% de los casos termina en intervención por feto muerto y retenido, habría 150 mil internaciones. Entre 10 y 12 veces más que las del hospital Garrahan. Además, hay que hacer una ecografía en todos los casos", presagió.