Uno de los ocho rugbiers detenidos por el homicidio de Fernando Báez Sosa (18) en Villa Gesell aseguró ayer que no quisieron matar al joven, al decir unas palabras en la audiencia realizada ante el juez de Garantías de la causa, quien hoy daría a conocer su resolución sobre el pedido de prisión preventiva formulado por la fiscal. "No quisimos matarlo", dijo Blas Cinalli (18), mientras a su lado lloraba Máximo Thomsen (20), uno de los acusados como coautor del crimen, detallaron voceros a Télam.

Las fuentes aclararon que esos dichos no cuentan como declaración formal en la causa y recordaron que en la indagatoria ante la fiscal de Villa Gesell, Verónica Zamboni, los diez rugbiers imputados se negaron a declarar respecto de lo ocurrido el 18 de enero último en la puerta del boliche Le Brique, donde mataron a golpes a Báez Sosa. Al término de la audiencia, Fabián Améndola, uno de los abogados de la familia Báez Sosa, contó que el juez adelantó que dará a conocer su resolución hoy. En tanto, la defensa de los rugbiers, a cargo de Hugo Tomei, dijo que pedirá que en caso de confirmarse la prisión preventiva para todos o algunos de ellos, puedan cumplirla de manera atenuada, bajo arresto domiciliario, con monitoreo electrónico. Améndola explicó que pidieron que a la acusación fiscal por homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas se sumen los agravantes de "alevosía" y "homicidio por placer". Además, el abogado que representa a la familia de la víctima junto a Fernando Burlando contó que ninguno de los acusados dijo haber estado "arrepentido" del hecho. Respecto del eventual pedido de arresto domiciliario, aseguró que según Tomei los rugbiers se sienten "presionados mediáticamente". "Que el caso tenga una difusión mediática no cambia en nada que ellos tengan a su alcance todas las medidas para defenderse", opinó Améndola. Insistió a su vez en que se profundice la investigación para identificar a otro joven de camisa negra que aparece tras el crimen en uno de los videos incorporados a la causa, en el que se lo ve junto a dos de los rugbiers mientras se abrazan.

No estuvieron Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, ya liberados.

La fiscal Zamboni, en tanto, ratificó en la audiencia la acusación, aunque adelantó que ampliará su requerimiento en los próximos días, y a partir de ello podría volver a citar a los rugbiers a prestar declaración indagatoria la próxima semana. La audiencia judicial se realizó en el juzgado situado en Boulevard Silvio Gesell y Paseo 120 de la localidad balnearia, hasta donde los rugbiers fueron trasladados a primera hora en un micro del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), custodiado por cuatro patrullas, desde la Penitenciaría 6 de Dolores. A su llegada, los acusados fueron insultados por vecinos que se acercaron al lugar y les gritaron "asesinos". Debido a las pequeñas dimensiones de la dependencia, sólo pudieron ingresar al recinto el juez, los abogados, la fiscal y los imputados, mientras que un grupo de 10 y 15 familiares de los rugbiers que se acercaron a la sede judicial, permanecieron en el hall que da a la mesa de entradas. La sala del Juzgado tiene un espacio tan reducido que tuvieron que quitar muebles para que entraran los citados y si bien el Código Procesal Penal bonaerense establece que este tipo instancias es de carácter "oral y público", fue imposible la presencia de público y prensa.

"Ellos no demostraron estar arrepentidos. Esa actitud habla de lo que son"

FERNANDO BURLANDO

Abogado de Báez Sosa

> Denuncia y escrache de vecinos

El defensor de los ocho detenidos denunció por privación ilegítima de la libertad, falsedad de instrumento público e incumplimiento de los deberes de funcionario público a la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, y pidió la nulidad de una testimonial, de una rueda de reconocimiento y de las indagatorias. El abogado Hugo Tomei presentó la denuncia al finalizar la audiencia de ayer en la ciudad balnearia. Además, luego de estar tres horas en el edificio judicial -desde las 8.20 hasta las 11.20-, los rugbiers fueron nuevamente subidos al micro de regreso al penal, mientras les gritaban "asesinos" y "gusanos de mierd...", entre otros insultos. También sufrieron el mismo trato al llegar al juzgado de Gesell.