El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; y el ministro de Economía, Axel Kicillof; dialogaron ayer con representantes del Gobierno de Brasil, sobre la relación bilateral tanto en comercio, como en el sector automotriz y en energía.

El encuentro fue en Brasilia en el marco previo a la asunción de las nuevas autoridades económicas de ese país, tras la reelección de Dilma Rousseff, informó el ministerio de Economía a través de un comunicado. Las conversaciones fueron llevadas adelante con el jefe de Gabinete, Aloizio Mercadante; el canciller Luiz Alberto Figueiredo; el viceministro de Hacienda, Paulo Caffarelli; y el asesor presidencial, Marco Aurelio García.

En la reunión ‘se analizaron estrategias de integración productiva para el desarrollo de las industrias, automotriz, siderúrgica, naval, aeronavegación; como así también en materia de energía y comercio’, aseguró la cartera que dirige Kicillof.

Además se acordó la utilización de un software, donde se concentrarán todos los temas relacionados a asuntos políticos e institucionales, asuntos económicos y comerciales y de cooperación multilateral. De esta manera, reunirán todos los ejes de la integración entre ambos países, ‘con una permanente actualización, que permitirá un seguimiento pormenorizado’.

En tanto, el nuevo ministro de Economía del país, Joaquim Levy, asumió ayer su cargo y anunció que el Gobierno buscará el próximo año una meta de superávit fiscal del 1,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y controlar la inflación para reactivar el débil crecimiento.

Los funcionarios argentinos partieron hacia Brasilia por la mañana y regresaron a Buenos Aires cerca de las 19. La corta visita se produjo mientras Rousseff ungía a Levy y a Nelson Barbosa al frente de la cartera de Planeamiento, quienes anunciaron un fuerte ajuste fiscal, en un giro de la política económica brasileña de los últimos tres años. Esta visión contrasta con los duros discursos que ofreció durante los últimos días Kicillof, quien defendió la expansión del gasto público como movilizador de la actividad económica.