Pablo Moyano declaró este jueves durante más de 6 horas ante el fiscal Sebastián Scalera en la causa en la que se lo investiga por ser el jefe de una presunta asociación ilícita que defraudó en cifras millonarias al club Independiente, donde ocupa el cargo de vicepresidente.
El hijo de Hugo Moyano llegó a los tribunales de Lomas de Zamora a las 8.40, 10 minutos más tarde de la hora pautada en la citación. Minutos después de las 15, el sindicalista salió del lugar.
“Me voy más tranquilo que nunca. Leí el expediente y no aparezco en ninguna escucha ni en ninguna denuncia. Por eso le dijimos al fiscal que se va a tener que anular. Quedó demostrado que no vendo choripanes, no revendo entradas ni mucho menos recaudo la plata de los trapitos”, afirmó al salir de la fiscalía.
"Me presentaré ante este instrumento del Gobierno nacional, como es Scalera, y diré toda mi verdad", aseguró ayer en una entrevista radial, donde confirmó que se presentaría a declarar este jueves, a pesar de que su abogado defensor había solicitado la suspensión de la indagatoria y recusado a Scalera.
Para la Fiscalía existió una asociación ilícita dirigida por Moyano hijo, quien se habría dedicado a "defraudar al club Independiente mediante la gestión, obtención, impresión oculta y reventa de entradas y protocolos de acceso a los espectáculos deportivos". Aquello, claro, sin ingresar al patrimonio de la institución los ingresos correspondientes.
Según la investigación, el funcionamiento de la estructura no podía escapar de la responsabilidad y conocimiento del líder del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, quien ocupa el cargo de presidente en la institución deportiva, y del jefe de la organización, su hijo Pablo.

