En escala mayor que la edición anterior y con simultaneidad de propuestas participativas que incluyen “juegos del conocimiento”, “ciencia al horno”, un acuario alucinante o vestirse virtualmente abrigado como un Selk‘nam del sur, abrió al público la mega feria de ciencia, arte y tecnología Tecnópolis, en Avenida General Paz y Constituyentes.
“Sigue sorprendiendo que año tras año venga muchísima gente y además cambie la propuesta, porque hay mucho nuevo y en un espacio mucho más grande, y cosas muy locas como el ‘Acuario‘”, dijo el biólogo Diego Golombek al culminar el aplaudido número “Ciencia al Horno”, en la carpa La Nave de la Ciencia.
En una carpa para mil personas, Golombek “cocina” junto al “cocinero argentino” Juan Braceli, explicando con gracia cómo se puede hacer helado en cinco minutos “sin la necesidad de utilizar nitrógeno líquido”, o trucos para que los chicos coman brócoli poniendo una pizca de bicarbonato de sodio en la cocción, de modo que la flor no quede espantosamente amarronada.
En su tercera edición, se puede ver un nuevo gran espacio del ministerio de Ciencia y Tecnología dedicado a la Antropología, la Etnografía y la Arqueología era de los que más convocaba a un recorrido por el mapa de pueblos originarios de Argentina, con genuinas máscaras chané, tejidos aymaras o abrigos Selk‘nam de piel para vivir en los helados mares patagónicos. Los visitantes pueden fotografiarse luciendo un traje virtual tradicional superpuesto a su figura, para obtener una imagen que luego les es transmitida por correo electrónico.
El “Acuario Argentino” convoca una continua fila para recorrer sus impactantes peceras, una de ellas, construida en arco por sobre las cabezas de los paseantes, formando un túnel por el que se desplazan exóticos peces de toda geografía, y hasta tiburones.

