La solución al problema de la plaga de langostas debe ser "regional, entre la Argentina, Paraguay y Bolivia", afirmó la ingeniera Claudia Torchán, del Área Protección Vegetal del Senasa.

"En la Argentina se está combatiendo muy bien el problema a través del sistema de monitoreo, y gracias a convenios regionales con Paraguay y Bolivia se busca que estos países también utilicen las mismas herramientas de seguimiento", añadió la especialista, que se desempeña en la oficina local Quimilí, en Santiago del Estero.

En los últimos días, ingresaron mangas de langostas de grandes extensiones al territorio santiagueño y el último reporte señaló que "dos mangas se detectaron en el sur de la provincia y una al norte" y hasta ahora "han bajado a comer algunos cultivos de trigo pero no se registraron grandes daños".

"Estas mangas van a continuar su recorrido y, si seguimos con altas temperaturas y vientos fuertes, esas condiciones climáticas van a favorecer el movimiento para que sigan volando, porque las bajas temperaturas hacen que se mantengan en un cierto lugar e incluso puede facilitar al tratamiento aéreo que estamos previendo, para lo que deben quedarse quietas", explicó.

"Los tratamientos son sumamente complejos y tienen resultados parciales porque, si bien disminuyen la población de la plaga, no se llega a eliminar completamente la manga", remarcó y añadió que "los técnicos del Senasa la siguen y esperan ese momento clave para poder hacer este tratamiento". Sin embargo, comentó que "el trabajo no se termina aquí en la provincia, porque van a seguir avanzando siempre en la búsqueda de los lugares de postura. Por eso, trabajamos en determinar cuáles serán esos emplazamientos donde pondrán huevos y dónde van a ser los posibles nacimientos".

La especialista se detuvo en ese comportamiento de la plaga de formar esas "grandes nubes de insectos, que tienen una alta capacidad reproductiva, porque pueden poner de 80 a 100 huevos en tres y cuatro generaciones" y explicó que, por eso, "es fundamental monitorear constantemente para no llegar a una situación incontrolable".

En caso de que pongan los huevos, "tenemos nacimientos y ahí los controles que hacemos son terrestres de los estadíos ninfales, porque todavía los movimientos de estos insectos son sobre el piso y no forman mangas". "Si llegamos a dejar que estas plagas lleguen al estadío adulto, con alas y con la capacidad de formar mangas, ahí es donde se complican los tratamientos. Eso es lo que está pasando actualmente", aclaró.

"Las langostas que están circulando ahora están en edad adulto-juvenil, tienen que madurar sexualmente, luego copulan y buscan un lugar adecuado para poner los huevos. Esos espacios ya están determinados: son las provincias de La Rioja, Catamarca y el norte de Córdoba", precisó Torchán.

Esta langosta "es muy voraz, porque cada una de ellas come su peso vivo por día, entonces una manga que puede reunir 40 millones de insectos representaría la destrucción de 80 toneladas de alimento", explicó la ingeniera. A la vez aclaró que "no hace daño a las personas, porque solo se alimenta de material vegetal" y hay que tener en cuenta que "la manga más grande en la Argentina desde el resurgimiento en 2015, fue una que se extendía por unos 25 kilómetros cuadrados".