Científicos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabajan para erradicar el mejillón dorado de las costas del río de la Plata, un molusco del sudeste asiático que en pocos años invadió la zona, afectando los sistemas de agua potable y centrales hidroeléctricas.

La aparición, colonización y crecimiento de esta plaga fue vertiginosa, según lo relató a el biólogo Gustavo Darrigran.

A fines del año 1991 el científico recorrió las playas Bagliardi, a 15 kilómetros del centro de la localidad de Berisso, buscando caracoles para trabajos prácticos en la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad, pero encontró cuatro mejillones sobre una piedra, lo que le resultó extraño. "Los mejillones son moluscos de mar, no tenían que estar a orillas del Río de la Plata", pensó. El científico dejó esa roca y siguió su camino. Dos años más tarde volvió y registró 30 mil ejemplares por metro cuadrado en esas mismas costas. Y en 1996, la plaga alcanzó su pico máximo de 150 mil por metro cuadrado.

Se trata del mejillón dorado o "Limnoperna fotunei", especie oriunda de Asia que llegó a los puertos argentinos dentro del agua de lastre de los barcos orientales, y en los últimos 20 años tapó cañerías de distintas plantas potabilizadoras bonaerenses y de centrales hidroeléctricas del Mercosur.

"El mejillón dorado es la única especie de este tipo que es de agua dulce", explicó Darrigran, quien coordina el Grupo de Investigaciones sobre Moluscos Invasores y Plagas de la facultad de Ciencias Naturales y Museo, de la UNLP.

En la actualidad, este equipo está conformado por dos investigadores del Museo, otros dos que colaboran por fuera de la universidad, tres becarios y dos técnicos, y en la última década se dedicaron a estudiar "bioinvasiones" como las del limnoperna.

En 1994 fue detectado el primer gran trastorno que causa esta bioinvasión: el "macrofouling" en la planta potabilizadora de Punta Lara, en la localidad bonaerense de Ensenada.

El "macrofouling" es el ensuciamiento o taponamiento de tuberías, sistemas de refrigeración y filtros de centrales hidroeléctricas, industrias o plantas potabilizadoras.

Los mejillones dorados se adhieren a las estructuras de hierro o acero y causan la obstrucción en los sistemas de cañerías e impiden el ingreso del agua. "Lo que suele ocurrir en las centrales hidroeléctricas es que los moluscos se adhieren a los filtros de las tuberías y cierran al paso de agua hacia los sistemas de refrigeración", explicó Darrigran. "Estas usinas funcionan con enormes turbinas que requieren aceite como lubricante para girar, ese aceite debe mantenerse a baja temperatura y, para ello, el sistema de refrigeración debe tomar el agua directamente del río; cuando los mejillones tapan los filtros el agua no pasa y el aceite no se refrigera", indicó el biólogo. Además señaló que Argentina "es el primer país en tener una legislación particular sobre el agua de lastre de los barcos", donde viajan plagas como el mejillón dorado e infectan distintas regiones.