Los investigadores del crimen de Roberto Roger Rodríguez, tesorero del Sindicato de Maestranza (SOM) y presidente de la obra social de ese gremio, comenzaron a interrogar ayer a los testigos del club Fénix que vieron las caras de los asesinos cuando se llevaron de ese lugar al sindicalista.

Uno de los datos que más llamó la atención fue que Rodríguez se "entregó ante los asesinos' -quienes le ponían el arma en el cuello- y evitó que sus amigos intervinieran. "Dejen, dejen, no hagan nada. Tranquilos", les dijo Rodríguez a algunos de sus compañeros, según reveló Mario Paz, un amigo de Rodríguez.

Los investigadores tomaron declaración a los testigos del club para tener los detalles de los momentos previos al secuestro, mientras les mostraron una serie de fotografías de hombres con antecedentes, con las características físicas de los sospechosos, para saber si podían identificarlos.

No hay dudas de que los hombres que aparecieron el miércoles por la noche en Fénix y se lo llevaron para matarlo no conocían a la víctima, por eso preguntaron por el dueño de la camioneta negra Honda que estaba en la puerta y cuando Rodríguez se presentó como tal se lo llevaron en su propio vehículo, hicieron una cuadras, lo pasaron a un Peugeot 307 negro donde había una tercera persona y partieron rumbo a un baldío de Bella Vista, donde lo obligaron a arrodillarse y le pegaron un balazo detrás de la oreja.

Los investigadores, estudian ahora las filmaciones del Camino del Buen Ayre que registró el paso de ese vehículo. También trascendió que el fiscal había pedido informes sobre el celular de la víctima para conocer las últimas comunicaciones. Se esperan además informes sobre sus actividades bancarias y de tarjetas de crédito, para saber si el asesinato pudo deberse a una venganza económica.

Los detectives, también, quieren saber por qué la víctima había contratado en su casa un servicio de custodia privada y también tener confirmar si la hija de Rodríguez había recibido una extorsión.

Por su parte el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, se refirió al asesinato y lo descartó una venganza sindical. Sobre eso dijo, en dialogo con Radio 10, "hay un prejuzgamiento de los hechos delictivos que ocurren en organizaciones sindicales cuando también ocurren en otras organizaciones". Por esto calificó el crimen como "un hecho de naturaleza policial y delictiva".