El año pasado, la expresidenta Cristina Kirchner publicó su libro llamado “Sinceramente”, donde realiza un repaso de su vida política y también, se refiere a la Justicia. “Hicieron y siguen haciendo todo lo posible para destruirme. Creyeron que terminarían abatiéndome. Es claro que no me conocen. Por eso les ofrezco una mirada y una reflexión retrospectivas para desentrañar algunos hechos y capítulos de la historia reciente”, indicó sobre su publicación.

En tanto, en uno de sus capítulos habla del juez federal Claudio Bonadio, que falleció este martes 4 de febrero. El funcionario la procesó y ordenó detener, algo que no pudo realizar en virtud de los fueros parlamentarios de la entonces senadora nacional. Durante el relato de la vicepresidente, lo define como “el sicario”.

“La causa de encubrimiento, AMIA II, se inició en el año 2000, luego de la declaración de Lifschitz, y estuvo paralizada durante años, hasta que el juez a cargo, nada menos que el sicario Claudio Bonadio, fue apartado por su inacción manifiesta y denunciado por la propia Cámara Federal que decidió su apartamiento“, escribió.

En el momento en que se publicó el libro de Cristina, desde el juzgado de Bonadio se habló de embargar las regalías. Esto sirvió para una polémica con uno de los abogados de CFK, Gregorio Dalbón.

El letrado de la exsenadora contó que tomaron recaudos con la editorial que publicó el libro, previendo un eventual pedido de embargo sobre las ganancias de la publicación. Por eso, explicaron que la expresidenta no cobró anticipo por regalías y que recién cuando se recaude por las ventas, “el dinero quedará a disposición de la Justicia como debe ser”.

Además, otro hecho fue en agosto de 2015, cuando Cristina era presidente y en una cadena nacional dijo en referencia al exjuez federal: “No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso, o extorsionador”.

Los comentarios hacían alusión al episodio protagonizado por el juez en 2001, quien mató a dos delincuentes en un tiroteo durante un intento de robo. Entonces, Bonadio no se quedó callado y le contestó a través de los medios: “Me llaman juez pistolero y fue en defensa propia y de terceros, a mi amigo le habían disparado en la espalda”.

El juez elevó a juicio más de cinco causas contra Cristina Kirchner, la citó a siete indagatorias en un solo día y le dictó nueve prisiones preventivas, seguidas de pedidos de desafuero al Congreso.

Además, investigó a los hijos de la vicepresidenta, Máximo y Florencia. Cristina lo acusó de persecución política y lo calificó como el ejemplo del lawfare. Antes de desembarcar en la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández dijo que Bonadio era uno de los jueces que iban a tener que explicar sus sentencias.

Fuente: Mitre