El juez federal Sebastián Casanello proceso ayer al detenido Lázaro Báez, y otras 26 personas, por integrar una banda que lavó dinero entre 2010 y 2013, y vinculó los fondos a los contratos de obra pública que recibió el empresario.

El magistrado readecuó los procesamientos que ya había dictado sobre Báez y los otros miembros de la “banda”, tal como le había sugerido la Cámara Federal porteña cuando le exigió que vinculara las maniobras de lavado con el dinero que recibió Báez durante el kirchnerismo.

“Lázaro Báez y sus hijos Martín, Leandro, Luciana y Melina aportaron al hecho delictivo mediante la aplicación de una enorme cantidad de fondos de origen ilícito, realizando gestiones para que confluyan en el mercado formal como provenientes de fuentes lícitas”, sostuvo Casanello. A los hijos de Báez los identificó como beneficiarios de un entramado que controlaba cuentas en la Confederación Suiza por las que se habrían canalizado unos 60 millones de dólares entre 2010 y 2013. La resolución expone cómo durante los últimos meses de 2010, Báez comenzó a gestar, a través de Leonardo Fariña, un esquema de lavado que incluyó el envío al exterior de millonarias sumas de dinero ilícito.